Pasaje Clave: Marcos 10:32-52

PROMESA DE RESURRECCIÓN 2

Camino a Jerusalén, ¿de qué vuelve a hablarles Jesús? (vs.32-34).

Les habla de su propia muerte, pero inmediatamente les habla de resurrección, porque Dios no puede permanecer muerto.

Para un hijo de Dios la muerte nunca es el final, más allá de ella siempre habrá resurrección, restauración y restitución de todas las cosas. ¿Puedes creerlo? Créelo porque para Dios no hay nada difícil.

¡ESTAN CRAZY!

Bueno, no es lo que les dijo Jesús, pero seguramente lo habrá pensado cuando Jacobo y Juan vinieron a hablar con él.

¿Qué vinieron a pedirle? (vs.35-37).

“¡Para pedir hay que pedir a lo grande!” habrán pensado estos muchachos que no tenían ni la más pálida idea de lo que estaban diciendo.

Pero Jesús rápidamente los vuelve a la realidad. ¿Qué les responde? (vs.38-40).

Básicamente lo que les estaba diciendo era “los van a perseguir como me persiguen a mi, van a sufrir como yo sufriré, e incluso van a morir como yo moriré, pero ocupar posiciones de autoridad y gobierno celestial (sentarse a la derecha y a la izquierda) no me corresponde a mí dárselos”.

La actitud soberbia de Jacobo y Juan, ¿qué reacción provocó en los demás discípulos? (vs.41).

¡Cualquiera se enojaría ante semejante pedido! Imagínate a uno de tus amigos (casi igual a ti en su vida espiritual) diciéndole a tus líderes de ministerio juvenil: “Vengo a pedirles que me den la autoridad que ustedes tienen y la capacidad de decisión que ustedes tienen porque yo quiero liderar junto a ustedes”. ¿Qué pensarías? ¿Cómo reaccionarías?

¡No es esa la manera en la que se llega al liderazgo! ¡Y tampoco es la manera en la que un hijo de Dios termina sentándose a la derecha o a la izquierda de Jesús!

¿Cómo resuelve Jesús la situación? (vs.42-45).

En el Reino de Dios hay valores completamente diferentes a los del mundo. En el mundo el poder vale, ser el primero en todo vale, ser servido y atendido como una diva vale, aplastar a los rivales vale, pero esos no son los valores del Reino de Dios.

En el Reino de Dios vale el que sirve, aquel que tiene actitud de siervo, corazón de siervo. No el arrogante, no el engreído, no el soberbio que piensa que puede llevarse a todos por delante y a quien no le importa nada de nada lo que le suceda a los demás, sino el siervo. Como Jesús.

No se trata de posición social, ni de cantidad de dinero, ni de títulos obtenidos, ni de éxitos logrados, se trata de la actitud del corazón.

Ser siervo y tener actitud de siervo no tiene nada que ver con estar o no a la moda, ni con vestirse de tal o cual manera, sino con el corazón.

¿Tienes corazón de siervo?

ARRIESGARSE PARA GANAR

¿Cuál fue la actitud del ciego Bartimeo al escuchar de Jesús? (vs.46-47).

¿Con qué obstáculos se encontró en el camino de su sueño? (vs.48).

¿Qué resultados obtuvo por su insistencia? (vs.49-52).

Bartimeo se arriesgó y ganó. No permitió que las personas lo apartaran de su sueño. No permitió que sus propias cargas (vs.50) lo frenaran de obtener su milagro. Se arriesgó y obtuvo lo que buscaba. Has tú lo mismo.

Arriésgate a hablar con los que nunca hablaste. Arriésgate a invitar a tus amigos al ministerio juvenil o a la iglesia.

Arriésgate a bendecir a otros. Arriésgate a tomar las decisiones correctas que honran a Dios aunque vayas en contra de todo el mundo.

Arriésgate a creer en el poder de Dios aunque veas que todo está mal a tu alrededor.

Arriésgate a volver a empezar. Arriésgate a enfrentar los problemas y pensar en soluciones. Arriésgate a enfrentar tus miedos.

Arriésgate a comenzar esa carrera terciaria o universitaria que vienes postergando. Arriésgate a buscar un mejor trabajo.

Arriésgate a conquistar a la persona que Dios designó para ti. Arriésgate a cuidarla, amarla, serle fiel y respetarla cada día de tu vida.

Arriésgate, por fe, a soñar y a trabajar por cosas aún mayores.

Alguien dijo que se debe correr el riesgo, porque el mayor peligro de la vida es no arriesgarse a nada. La persona que no arriesga nada, no hace nada, no tiene nada y no es nada.

¿Quieres ser alguien? ¿Quieres tener cosas mejores? ¿Quieres hacer cosas mayores? ¿Quieres dejar un legado?

¡Arriésgate! aunque fracases, y vuelve a intentarlo, una y otra vez, una y otra vez. ¡Inténtalo uno vez más! porque estás más cerca de tu sueño.

Extracto del libro «Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Marcos»

Por Edgardo Tosoni

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