Pasaje clave: Mateo 5:1-12.

Jesús sube al monte, detrás de él sus discípulos, y detrás de ellos comienza a llegar una gran cantidad de personas que se reúnen para escucharlo hablar. Y es tanto, tanto… y tan bueno lo que Jesús enseñó… ¡que no tengo espacio para explicarte todo lo que dijo!

Bienaventurados.

Bendito, dichoso, feliz, (hoy hasta diríamos, exitoso); todo esto es lo que significa la palabra “bienaventurado”.

Las 8 bienaventuranzas que enseña Jesús son cualidades del carácter que cada hijo de Dios puede aprender a reproducir en su vida. Tú y yo podemos practicar estás 8 cualidades y mostrarlas en nuestras vidas. ¿Cuál será el resultado de esto? Seremos exitosos, dichosos, benditos, desde la perspectiva de Dios.

Seguramente para tus amigos, tener dinero, ser el mejor deportista, ser la más linda de todas, tener el mejor cuerpo, salir con muchas chicas o “engancharte” al chico más lindo que todas quieren, sean señales de éxito. Pero Dios tiene una opinión diferente. Las cosas que te hacen verdaderamente exitoso para Dios no son las de afuera sino las de adentro, no son las que puedes comprar o ganar sino aquellas que te hacen mejor de lo que eres.

Esfuérzate por ser el mejor en todo. Gana dinero y haz muchas cosas importantes. Pero recuerda que tú corazón es más importante que tú dinero. Tus actitudes son más valiosas que la belleza de tu cuerpo. Y tus reacciones y palabras valen más que muchos títulos, premios y trofeos.

1. Los Humildes en espíritu.

¿Cuál es su recompensa? (vs.3).

¿Te humillas delante de la presencia de Dios reconociendo que lo necesitas? ¿Con qué frecuencia lo haces?

2. Los que Lloran.

¿Cuál es su recompensa? (vs.4).

¿Sientes tristeza por tus propios pecados? ¿Te duele pecar en contra de Dios o estás tan acostumbrado a que él te perdone que te da igual?

3. Los Mansos.

¿Cuál es su recompensa? (vs.5).

¿Cuáles son tus reacciones más frecuentes? ¿Gritas? ¿Insultas? ¿Te enojas fácilmente? ¿Golpeas? ¿Amenazas? ¿Acusas? ¿Explotas rápidamente o puedes pensar antes de reaccionar mal?

4. Los que tienen Hambre de Dios.

¿Cuál es su recompensa? (vs.6).

¿Qué tiempo dedicas para estar con Dios orando y leyendo su Palabra?

Y si no lo haces, ¿por qué motivos? ¿Qué es lo que te impide estar con Dios? ¿Y qué harás para solucionar esos “impedimentos” y mejorar tu relación personal con Jesús?

5. Los Misericordiosos.

¿Cuál es su recompensa? (vs.7).

¿De qué maneras prácticas muestras misericordia por las necesidades de las personas (sean amigos, conocidos o desconocidos)?

Y si no lo haces, ¿cuáles son las razones que te impiden mostrar amor?

6. Los de Limpio Corazón.

¿Cuál es su recompensa? (vs.8).

¿Hay transparencia en tu corazón? ¿Hay dobles intenciones? ¿Eres el mismo en “público” y en “privado”? ¿Puedes engañarlo a Dios?

7. Los Pacificadores.

¿Cuál es su recompensa? (vs.9).

¿Buscas estar en paz con tus padres o provocas conflictos? ¿Haces las cosas a propósito para molestar y enojar a las personas o procuras estar en paz con ellas?

8. Los Perseguidos Gozosos. 

¿Cuál es su recompensa? (vs.10-12).

¿Te persiguen por creer en Jesús? ¿Se te ríen y te hablan mal por ir a la iglesia? ¿Cómo reaccionas? ¿Te deprimes, te enojas, te amargas, piensas que eres “raro”? ¿O disfrutas del amor de Dios y de la relación personal que tienes con Jesús? ¿Valoras lo que eres y tienes en Cristo? 

Extracto del libro «Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Mateo»

Por Edgardo Tosoni

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