Continuemos.

3. Actitud de Víctima.

La persona que tiene espíritu de víctima atribuye su situación a causas externas:

  • Ya no soy responsable de mis acciones.
  • No tengo control sobre mi vida, mis afectos.
  • No puedo hacer nada al respecto, es mi destino.
  • La culpa es de mis padres, de mi pasado.
  • No hay hombres.
  • Las mujeres son histéricas.
  • No puedo salir, por mis hijos.
  • Mis amigos no me dejan.
  • Soy una víctima de mis circunstancias.

El varón o la mujer sin pareja que piensan de esta manera echan la culpa a los demás y no se hacen cargo de buscar alternativas. Se compadecen de sí mismos, envidian a los que están en mejor situación.

Nombra cuáles de estas frases repites:

  • Todos me juzgan y me tratan mal.
  • Tengo muchos problemas.
  • No tengo control sobre lo que me sucede.
  • La gente no me entiende.
  • La vida es injusta.
  • Mis hijos no me dejan (o el trabajo, o la falta de tiempo, o lo que sea).
  • Yo tengo que sacrificarme por todos.
  • Lo importante es que otros sean felices.
  • Algún día encontraré.
  • Nadie me valora.
  • Otras.

Si quieres ser libre para ver y recibir las bendiciones que Dios quiere darte, tendrás que renunciar a estos pensamientos. Díselo a él con una oración: “Señor, renuncio a seguir sintiéndome víctima y me hago responsable de mi futuro y de mi felicidad. Ayúdame a salir adelante”.

4. Elegir Parejas Inadecuadas.

En mi tarea como pastor y como psicólogo he visto a muchas chicas perder años intentando lograr algo con varones que en realidad son “incasables”. Algunos de estos son histéricos, psicópatas o inmaduros. Aunque la histeria, la psicopatía y la inmadurez son problemáticas distintas, estos hombres tienen algo en común: ninguno de los tres quiere tener una pareja estable y sana. A pesar de ello, las mujeres albergan en su corazón la ilusión de conquistarlos al mejor estilo de telenovela: “Yo lo cambiaré, y será mío para siempre”.

Estos hombres son casi figurita repetida en su comportamiento. Lee las siguientes descripciones; si identificas que tu actual pareja o alguien que te interesa es así, ¡huye!

A. Don Histérico. Le cuesta consumar sus deseos; nunca se decide, no llega a nada. Cuando yo era adolescente, en la iglesia a la que asistía había un joven muy apuesto. Todas las chicas estaban detrás de él; morían por él. En realidad era un histérico; lo único que hacía era alimentar sus fantasías. He visto a muchas mujeres correr tras varones de este tipo. Un buen día, cuando el candidato pasa los cuarenta años, de pronto decide casarse con una de veinte… ¡y de otra iglesia!

B. Puro sexo. Este es el que sólo quiere “carne”. No se enamora, lo único que le interesa es tener sexo. En realidad no sabe amar, tal vez está marcado por traumas sin resolver.

C. El indefinido sexual. Tuvo problemas en la formación de su identidad sexual, y sigue indefi­nido. Si se casa sin resolver su identidad, es posible que en cualquier momento, o en la crisis de la mitad de la vida, deje a su pareja para irse tras un varón.

D. El eterno niño. Deja pasar los años y no le interesa casarse. Quiere “disfrutar de la vida”, es un eterno adolescente. En realidad tiene pánico de formar pareja.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Solos y Solas”

Por Bernardo Stamateas

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