RECORRIDO DE MEDITACION

Esta es una magnífica idea devocional para los grupos peque­ños de un retiro. Con algunas adaptaciones, podría ser utili­zada también en grupos más numerosos. Resultará mejor en los campamentos que tengan espacios grandes o en algún lugar silvestre en donde haya mucho paisaje para dispersarse.

Antes de empezar, debemos preparar un recorrido que atraviese todo el campamento, con diversos lugares marcados a lo largo del camino a modo de postas para detenerse, o pun­tos de meditación. Debemos marcar claramente el recorrido y, de ser posible, formemos un gran círculo, de manera que comience y finalice en el mismo lugar.

Repartamos un sobre a cada participante, con varios tro­zos de papel en su interior, igualando la cantidad de paradas que hay en el camino. Escribamos en cada trozo de papel un versículo bíblico y una sugerencia para la meditación, cada uno numerado para indicar el orden en que deben ser utiliza­dos. Luego enviemos a los jóvenes a realizar el recorrido, separando uno de otro con intervalos de cinco minutos. Cuando cada joven llegue a un punto de detención, deberá extraer del sobre el papel que corresponda, leerlo y meditar dos o tres minutos. La caminata debería realizarse sin conversar y sin ningún otro ruido o actividad externa. Por supuesto, si todos cooperan, no habrá otras personas lo suficientemente cerca como para con­versar.

Si deseamos enviar a todo el grupo simultáneamente, entonces debemos dirigir a cada joven a un punto diferente para su primera meditación. De este modo habrá una perso­na en cada punto de detención y simplemente podrán ir avan­zando de punto a punto hasta que todos hayan pasado por todas las paradas. Utilicemos un silbato o campana para indi­car cada cinco minutos el momento en que deben trasladarse hasta el punto siguiente. Otra variante más simple es colocar un cartel con una meditación en cada punto de detención, en lugar de entregar un sobre a cada persona. Sin importar la manera que utilicemos, los chicos disfrutarán este nuevo enfoque sobre los devocionales y el estudio de la Biblia en los campamentos. (David Baumann).

CENTRO AGRESTE DE ADORACION

Muchos retiros terminan el domingo por la mañana con un culto de adoración. Una idea original es que el grupo diseñe su propio lugar para la reunión final, en algún espacio abier­to cerca del campamento que esté rodeado por árboles o pos­tes (tengamos cuidado si son de electricidad). Tomemos un rollo de cuerda, soga, o alambre, y delimitemos la zona de reu­nión, colocándolo aproximadamente a un metro de altura. No es necesario que forme un cuadrado perfecto.

Un día antes del culto de adoración, pidamos a todos los acampantes que confeccionen banderines o carteles sobre una temática en común o sobre cualquier cosa que gusten. Luego, antes del culto de adoración, invitemos a los acampantes a colgar sus banderines y carteles en la soga que rodea la zona de adoración. Dependiendo del sitio, podremos utilizar sillas o troncos de árbol para sentarnos, o los chicos podrán aco­modarse directamente en el suelo. De esta manera la adora­ción tendrá un mayor significado, ya que los acampantes habrán construido su propia iglesia para el culto. (Chuck Campbell).

AMIGOS SECRETOS

Este es un buen ejercicio para afianzar los lazos comunitarios en un campamento o retiro. Al inicio de la semana o del fin de semana, pidamos a cada uno que escriba su nombre en un pequeño trozo de papel. Coloquemos todos los nombres en una caja para que cada joven tome uno sin mirar (no puede ser el suyo propio). Esa persona se convertirá en su amigo secreto durante todo el campamento o retiro. Los chicos debe­rán realizar pequeños actos de amistad a favor de su amigo secreto, pero siempre manteniendo el misterio para que el otro no sepa quién es el responsable. Por ejemplo, los chicos pue­den enviar a su amigo secreto un ramo de flores, una carta de amor, dulces, o cualquier otra cosa. Al final de la experiencia se descorrerá el velo del secreto. Habitualmente los resultados son en verdad satisfactorios. Algunas amistades muy duraderas se iniciaron de este modo. (Gail Moody).

PAQUETES SORPRESA DESDE CASA

La mayoría de los chicos se ponen muy felices cuando reciben algo por correo, y más si están de campamento lejos de casa. Pero puede decepcionar mucho a los acampantes que esperan recibir algo el que no les llegue nada. Para remediar esto, con­tactemos por anticipado y en forma secreta a todos los padres de los acampantes, y solicitémosles que preparen un pequeño paquete sorpresa para su hijo. Los paquetes pueden recolec­tarse sin que los jóvenes sepan nada al respecto, y luego, algu­no de los días del retiro, se entregan todos juntos. Los chicos quedarán fascinados. Tal vez podamos especificar a los padres el tipo de cosas que convendría colocar en el paquete, pero permitamos que cada padre le dé a su hijo lo que sienta. También sería una buena idea tener preparados algunos paquetes extras, solo por las dudas.

Una buena variante de esta actividad, tal vez aún más significativa, sería separar una jornada del campamento para dedicarla a levantar la autoestima, o para reconocer los talen­tos, dones y habilidades, o para tratar temas por el estilo. Durante esa jornada, los chicos deberán reunirse en pequeños grupos y realizar una especie de autoevaluación, haciéndose preguntas como: «¿Cuáles son mis puntos fuertes? ¿Cuáles son mis habilidades y cuál es el mejor uso que puedo hacer de ellas?» Luego, cerca del cierre de la jornada, podemos entregar a cada acampante el paquete sorpresa preparado por sus padres, con una nota en la que ellos mismos señalen sus rasgos más destacados y las habilidades especiales de su hijo. Los regalos pueden ser simbólicos y representar lo que el joven aporta a su familia. Debemos recolectar estos paquetes sorpresa y guardarlos en un lugar oculto hasta el momento de la entrega, sin que los chicos sepan nada al respecto. Los jóve­nes pueden luego contar al resto qué regalos han recibido, si así lo desean. Los resultados de esta experiencia siempre son muy agradables. (Dennis McDonough).

Extracto del libro Campamentos

Por Autores Varios

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