Los adolescentes, al igual que la mayoría de nosotros, tienden a ser egocéntricos por naturaleza. Por eso, una experiencia valiosa que podemos lograr para ellos es exponerlos a las necesidades de otras personas. Las siguientes páginas están llenas de ideas; en ellas encontraremos sugerencias para ayudar a niños, a ancianos, a pobres, a personas sin casa, a enfermos, a discapacitados y a la comunidad en general. Tal vez nos sorprenda lo animosamente que responderán los miembros de nuestro grupo al ser confrontados con personas en necesidad.

DIEZ PASOS PARA LA ACCION

Ver las problemáticas que hay en el mundo resulta fácil, pero hacer algo al respecto habitualmente no lo es. Para ayudar a los adolescentes a descubrir lo que pueden hacer ellos, leamos las siguientes instrucciones, de a una por vez, y démosles el tiempo suficiente para que los chicos puedan pensar bien en cada punto. Podemos continuar esta actividad con una con­versación o puesta en común.

  • 1. Haz una lista de cinco problemas sociales que ves en tu comunidad.
  • 2. Dibuja un círculo alrededor de tres de esos problemas que la iglesia pueda afrontar.
  • 3. De esos tres, subraya dos de los que tú puedas hacerte cargo.
  • 4. Elige uno de los dos y vuelve a escribirlo.
  • 5. Haz una lista de cinco cosas que deban hacerse para solu­cionar ese problema.
  • 6. Dibuja un círculo alrededor de dos cosas que tú puedas hacer.
  • 7. De esas dos cosas, subraya una que vas a hacer.
  • 8. ¿Qué cosas te estorbarán para cumplir esta tarea?
  • 9. ¿Qué cosas te ayudarán a realizarla?
  • 10. ¿La realizarás? (Homer Erekson).

¿QUIÉN ES QUIÉN EN LA IGLESIA?

¿Buscamos un modo de aumentar la sensibilidad de los jóve­nes hacia el resto de los miembros de la iglesia? Elaboremos un libro de información sobre las familias de la iglesia. Podemos utilizar la nómina de miembros de la iglesia. Luego asignemos el nombre de cada individuo y familia de la iglesia a un grupo de dos o tres jóvenes para que los contacten y hagan una cita para visitarlos. Enviemos con los jóvenes una lista de preguntas parecidas a las que se hacen en un censo: número de miembros en la familia, edades, fechas de cumpleaños, lugar de nacimiento, trabajo, a qué escuela asisten (o asistieron), títulos obtenidos, hobbies, intereses, y cosas por el estilo.

Podemos almacenar la información obtenida por los gru­pos en una computadora y actualizarla anualmente. Los jóvenes pueden también compilar un pequeño libro para ser dis­tribuido a cada familia durante una segunda visita, aseguran­do de este modo que cada familia de la iglesia sea visitada dos veces al año. Los jóvenes comenzarán así a comprometerse a visitar a otros, en especial a aquellos que no conocen. De ese modo se desarrollarán relaciones entre las generaciones, y la iglesia, además, se verá beneficiada con un valioso recurso de información. (Greg Miller).

En los próximos post encontrarás una enorme cantidad de actividades de servicio para realizar en tus campamentos y entrenar a tus adolescentes y jóvenes.

Extracto del libro Campamentos

Por Autores Varios

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí