Pasaje clave: Juan 8:1-30.

¡CASCOTEEN A LA ADÚLTERA!

¿En dónde se encontraba Jesús y qué estaba haciendo? (vs.2).

¿Qué sucede entonces? (vs.3-5).

Interesante. Para ser una adúltera es necesario que haya un hombre que adultere con ella. Nadie es adúltero consigo mismo. Para adulterar siempre se necesitan como mínimo dos, pero en esta escena sólo hay uno: la mujer. ¿Por qué aquel grupo de hombres machistas y sin misericordia, duros e implacables sólo condenaban a la mujer? ¿Y el hombre? ¿Por qué no lo trajeron a Jesús?

¿Habrá sido un alto funcionario del gobierno a quién convenía “dejar ir libre”?

¿Habrá sido algún líder religioso a quién había que encubrir para evitar un escándalo dentro de la iglesia?

¿O tal vez ese hombre era simplemente un aprovechador queriendo sacarse las ganas con una casada frustrada con su vida matrimonial?

No lo sabemos. Lo que sí sabemos es que los fariseos morían de ganas por matarla a piedrazos, y morían de ganas por atrapar a Jesús sea como sea (vs.6).

También sabemos lo que hizo Jesús (vs.6), y lo que les dijo (vs.7), y lo que continuó haciendo (vs.8).

¿Qué habrá escrito en tierra? Dejemos volar la imaginación:

Tal vez escribía los pecados de cada uno de aquellos adultos y jóvenes que sólo buscaban juicio y condenación para la mujer.

Tal vez escribía los pecados cometidos por la propia mujer adúltera.

Tampoco lo sabemos. Lo que sí sabemos es el efecto que sus palabras provocaron en aquella multitud (vs.9).

Cuando empiezas a mirar tu propio corazón y a darte cuenta de tus propios pecados dejas de mirar a los demás para acusarlos y condenarlos porque entiendes que necesitas el perdón de Dios tanto como ellos.

¿Cuál es el final de esta historia? (vs.10-11).

Jesús la trata con respeto, la perdona, le da su misericordia, no la condena pero le advierte que no peque más. Pensándolo bien, tal vez lo que él escribía en tierra era: “Yo los perdono, yo la perdono, yo te perdono”.

“YO SOY…”

En tres oportunidades a lo largo de este relato Jesús afirma contundentemente “Yo Soy”.

1º Afirmación: vs.12.

2º Afirmación: vs.24.

3º Afirmación: vs.28.

¿Qué tiene de importante que Jesús diga “Yo Soy”? ¡Todo! ¡Tiene la máxima importancia! A tal punto es importante ésta afirmación que al escucharla a los judíos se les revolvía el estómago de odio y bronca y solo pensaban en matarlo.

“Yo Soy” es el nombre divino de Dios en el Antiguo Testamento (Éxodo 3:14). Los judíos creían fervientemente en Dios y sabían que Yo Soy se refería al único y verdadero Dios, pero que un hombre utilizará en sí mismo ese nombre era considerado una tremenda blasfemia que sólo podía ser pagada con la muerte. En otras palabras, cada vez que Jesús decía “Yo Soy” lo que realmente estaba diciendo es: “Soy Dios. Soy Jehová del Antiguo Testamento y  todo lo que es Dios lo soy yo, todo lo que posee Dios lo poseo yo, toda la honra que recibe Dios es la honra que recibo yo”.

100% hombre, 100% Dios. Imagínate la locura que tenían los judíos y el rechazo absoluto que sentían contra Jesús.

Piensa un momento en Jesús como “Yo Soy” y escúchalo decirte: “Yo soy tu fuerza, yo soy tu paz, yo soy tu gozo, yo soy tu amor, yo soy tu esperanza, yo soy tu perdonador, yo soy tu pasión para vivir cada día, yo soy tu vida y tu resurrección, yo soy tu protector, yo soy tu consolador, yo soy el que escucha y responde tus oraciones, yo soy tu luz, yo soy tu deleite, yo soy tu placer, yo soy tu sabiduría, yo soy tu aliento, yo soy tu motivación, yo soy tu Dueño, yo soy tu Señor, yo soy todo lo que necesitas para vivir una vida plena, yo soy tu Dios sobrenatural”. ¡Él es tu Dios! ¡Él es todo lo que tu necesitas!

¿Qué era lo que Jesús hacía siempre? (vs.28-29).

Jesús escuchaba al Padre y eso hablaba, y siempre hacía lo que le agradaba al Padre. Imita a Jesús. Aprende a tener esa misma actitud en toda tu vida. “Hago lo que le agrada a mi Papá celestial y si no le agrada no lo hago”.

No se trata de agradar a la gente, de quedar bien con tus líderes, amigos o extraños, se trata de agradar a Dios. Es muy simple. Esto lo hago porque le agrada a Dios y decido no hacer, no hablar o no participar de esto porque no le agrada a Dios. Piénsalo.

Extracto del libro “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Juan”

Por Edgardo Tosoni

4 COMENTARIOS

  1. Gracias. Fue un buen devocional para mi hoy. Sus fundamentos, pude sentir que fueron inspirados por Dios y provienen bien de su palabra escrita. Dios habló. Gracias.

    • Hola Nathalí. ¡¡Bienvenida!! ¡Cuánto me alegra no sólo que Dios te haya hablado sino que vos lo hayas oído a él! Su amor y misericordia son nuevas sobre tu vida cada día.

  2. Muy bien Edgardo el señor también me dejo alguna vez en ese pasaje;de que el señor le estaba diciendo vete y no sigas en el mismo circulo vicioso,porque hay muchos personas aun dentro el mismo pueblo de Dios que siguen pecando se arrepienten le piden perdón a Dios y a los hnos en cristo y vuelven y caen en el mismo pecado crucificando de nuevo al hijo de Dios osea que vuelven a los rudimentos de la doctrina de Cristo y no van a la perfección que es lo que Dios quiere así que el señor Jesucristo nos deja una enseñanza en este pasaje que no volvamos al mismo circulo vicioso que salgamos de allí , porque el nos tiene para cosas muy poderosas que si la contáramos no la creerán.

    • Hola Profemanuel. ¡¡Bienvenido!! Exacto, tenes razón en tu comentario. El tema es que algunos no pueden salir solos de ese círculo vicioso y necesitan ayuda. Otros necesitan una fuerte determinación. Éxitos!!!

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