Te puede parecer extraño que te estamos recordan­do que «pienses acerca de lo que estás pensando», pero es una idea importante. Aquí te decimos la razón para esto.

1. Domar la Mente Divagadora.

Aunque no lo creas, tu mente anda de aquí para allá en sus propias ondas y, de repente, puede estar pensando acerca de las cosas más extrañas. ¿Por qué es que mi mente, sin razón alguna, puede comenzar tan fácilmente a pensar en ciertas cosas, como el chocolate o el helado y qué es lo que me gustaría hacer en vez de lo que debo hacer? Tú sabes cómo es cuando estás leyendo un libro no muy interesante y de alguna forma, antes de que pue­das decir «crema de cacahuate», tu mente está muy lejos de las páginas de ese libro. Posiblemente eso también te pasa cuando estás leyendo la Biblia.

2. Ayuda de la Biblia.

Bueno, hablando de la Biblia, tenemos algunas pistas que encontramos en la Palabra de Dios para descubrir lo que nuestras mentes deben estar pensando. Veamos unas cuantas para que cuando tu mente esté bailando al ritmo de su propio tambor, la puedas traer de regreso a la or­questa.

Si miras en la Palabra de Dios, especialmente en el Salmo 119, te das una idea de lo que debes pensar.

3. ¿Cómo Puede el Joven Llevar una Vida Íntegra?

Vs.9-16. Hay que desarmar este pasaje y verlo con más detalle. La pregunta que está haciendo el salmista es posible­mente la misma que tienes tú: «¿Cómo puede el joven llevar una vida íntegra?» (vs.9). Esa es una buena pregunta; de hecho, es una excelente pregunta y la res­puesta viene a continuación.

«Viviendo conforme a tu palabra» (vs.9). ¡Viviendo conforme a la Palabra de Dios! ¡Wau! Ahí lo tienes, y parece bastante sen­cillo, pero es una respuesta enorme. Podríamos dar ejemplo tras ejemplo de lo que significa obedecer la Palabra de Dios, pero sólo seleccionaremos al­gunos para ayudarte a comprender justo lo que significa… obedecer.

A. ¿Qué Sucede si lo Intentas Pero Fracasas?

El salmista reconoce el problema de inmediato. Él dice: «Yo te busco con todo el corazón» (vs.10). ¿No es verdad eso? Piensa en cómo te esfuerzas por obedecer a tus padres y vivir conforme a las reglas de tu familia. No siempre es fácil, ¿verdad? Hay veces en las que ni lo puedes hacer. Tal vez no tengas un libro de reglas que te ayude a ver la letra pequeña de las reglas de la casa, pero sí tienes un libro cuando se trata de las reglas de Dios. Ahí está tu Biblia para que la abras en cualquier momento, ¿verdad?

B. Le Pides a Dios que te Ayude.

El salmista continúa diciendo, «no dejes que me desvíe de tus mandamientos» (vs.10). Él sabe de inmediato que no es fácil mantener las reglas y que va a necesitar ayuda. En verdad quiere obedecer pero es difícil.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “El Campo de Batalla de la Mente Para Niños”

Por Joyce Meyer

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