Continuemos.

RUBÉN: Algunos dicen que su hermano estuvo muerto y Jesús lo resucitó. ¿Fue así?

MARÍA: Si, si… mi hermano estuvo muy enfermo y mandamos a llamar a Jesús. Pero El tardó en venir, yo creo que lo hizo a propósito para probar nuestra fe… De manera que cuando llegó, Lázaro ya había muerto y hacía cuatro días que lo habíamos enterrado. Con Marta estábamos muy afligidas pero una cosa teníamos bien clara: que Jesús era el Cristo, el Hijo de Dios, que había venido al mundo y que todo lo que Él le pidiera al Padre Dios, se lo concedería… Cuando llegó Jesús nos trató con mucho amor y -como siempre- nos hizo reflexionar para entender que Él era el Hijo de Dios… Recuerdo que cuando llegó a la tumba de Lázaro, lloró. Él no era sólo un líder… él era nuestro amigo, nuestro Señor… (entre lágrimas). Luego nos hizo abrir el sepulcro, oró a Dios y cuando gritó «¡Lázaro ven fuera!» mi hermano volvió a vivir!

RUBÉN: Disculpe que le pregunte, María, pero ¿no cabe la posibilidad de que su hermano no haya estado muerto, que estuviera desmayado, o en un estado cataléptico o…?

MARÍA: No, no, ¡no! Ustedes confunden todo, relativizan todo, ¡hacen que nada tenga valor! Ustedes preguntaban si era el salvador esperado, un agitador político, un revolucionario, un mensajero de paz… Pues es todos y ninguno, porque él era el Salvador, pero no el que todos esperaban; no era un agitador político, pero los políticos se agitaron; no era un revolucionario, pero produjo una revolución en mi corazón; y era un mensajero de la paz, pero no solamente eso… Él era el Hijo de Dios que vino a salvarnos no del dominio económico o político extranjero ¡sino de nuestra propia maldad! Él era… Él es poderoso. ¡Si ES poderoso! Salvó perdidos, sanó enfermos, enfrentó a todos los poderes y al diablo, ¡enfrentó a la misma muerte y le ganó cuando resucitó a mi hermano y a otros! Yo sé que ni la muerte puede con El…

Mientras están en el reportaje:

MARCOS: Perdón Rubén tenemos una llamada urgente desde el móvil de exteriores.

Periodista en vivo, y respuestas en off, o desde un micrófono oculto.

RUBEN: Hola Santiago te escuchamos

SANTIAGO: (habla agitado, solo audio). Rubén y Marcos, esto es increíble…. estamos en la tumba donde habían sepultado a Jesús…..esto es realmente sorprendente…

RUBEN: Por favor Santiago ¿podemos mejorar la comunicación?

SANTIAGO: Es increíble Rubén, pudimos entrar a la tumba y era cierto,…….a pesar de que había una enorme piedra que la tapaba y gran cantidad de guardias para cuidar la tumba… ocurrió tal como Él lo había predicho… Hay gente cantando y festejando… mucho bullicio…. sus discípulos no salen de su asombro… Muchos dan testimonio de haberlo visto….. en distintos lugares con un cuerpo distinto… como celestial…. Vemos a mucha gente arrodillada o en el piso llorando emocionados y aún los escépticos no pueden explicarse tal milagro…. Hemos insistido para que las autoridades den un comunicado oficial, pero no tuvimos respuesta…. aparentemente fueron superadas por un hecho que realmente no esperaban. Disculpen por favor… aquí hay mucho movimiento y…bueno…todos estamos muy muy emocionados….

RUBEN: Pero por favor Mario…tranquilizate y contanos que es lo que ocurrió realmente…

SANTIAGO: Resucitó, Rubén…. Lo que pasó en verdad es que resucitó y nosotros lo vimos… Está confirmado: ¡¡Jesús resucito!!

Los periodistas se miran asombrados, María grita ¡aleluya! y sale del estudio. Rubén ve que se fue la invitada y desorientado regresa a la mesa.

RUBEN: Gracias Santiago… Bien… disculpen el desorden de la comunicación pero… como imaginarán esta noticia que ustedes han recibido como primicia a través de Punto.Com nos sorprende a todos… y… nos deja sin palabras… Seguramente en estos momentos en su casa debe haber un silencio muy parecido al que se ha hecho dentro de nuestros estudios… a pesar de que somos muchas personas aquí. Es una muy especial sensación de asombro, que extrañamente va desde la incredulidad y el deseo de pedir mas y mas pruebas y testimonios de lo que pasó, a la inexplicable paz de saber que lo que algunos sentíamos, y no nos animábamos a reconocer, era algo mas que lastima por un hombre bueno… Quizá sea hora de que, frente a los hechos, aceptemos que hay mucho mas de lo que vemos, y que hay alguien dispuesto a pagar el precio que sea para que volvamos a donde nunca debimos salir. Aunque no es el saludo de cierre habitual en nuestro programa… permítanme simplemente decirles en esta noche…. Muchas gracias y que Dios los bendiga.

Por Rubén Bagini

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