Continuemos.

Si un joven no fornica, es objeto de mofa especialmen­te acerca de su sexualidad. Puede ser llamado «homo» (homosexual), «mujercita» o «gallina.» Esto puede al­terar los nervios de cualquier muchacho, y forzarlo a te­ner relaciones sólo para hacer que los demás lo respeten.

  • Pero tú sabes, que siempre te seguiré respetando.
  • No seas una nena con respecto a eso.
  • Si sólo avanzamos hasta cierta distancia, pero no, todo el camino, está bien.
  • Mira a los demás. Todos son cristianos y lo están haciendo.
  • Si no tienes sexo conmigo, ya encontraré otra chi­ca que lo haga.
  • No vas a «pescar» nada (No te vas a enfermar de nada).
  • Debe haber algo malo en ti porque no quieres hacerlo.

La idea general sobre sexo hoy es que si nosotros «no lo hacemos,» es porque algo funciona mal en nosotros. En otras palabras, todo el mundo practica las relaciones sexuales, por lo tanto, nosotros podemos «hacerlo.» Por permanecer fieles a los viejos valores de las generaciones pasadas, nos arriesgamos al ridículo y al rechazo. La ac­titud general parece ser que la sociedad conoce más acer­ca de nuestras necesidades que Dios mismo.

  • Eso está pasado de moda (la castidad y virginidad).
  • No sabes lo que te estás perdiendo.
  • Deseo hacerlo ahora, así me preparo para el ma­trimonio.
  • Yo creo que la gente no casada no debería jugar con el sexo, porque no podemos medir las consecuencias. Su siguiente respuesta fue: «Voy a tener sexo, así sabré lo que debo hacer cuando me case».

Los siguientes son ejemplos de cómo los adolescentes y jó­venes justifican las relaciones sexuales. Son las líneas de pre­sión que usan para sí mismos.

  • El beso me excita, pero esto no es suficiente.
  • No deseo tener sexo todas las veces; pero los besos me ponen ardiente, y esto no es suficiente.
  • Está bien con probarlo antes. Si tú compras un auto, tienes que probarlo primero. Yo quiero saber si ella me conviene. Yo Je digo a mis amigos cristianos.
  • Cuando compras un par de zapatos siempre te los pruebas antes.
  • No deseo perder a mi novio.
  • Fue diferente para mí, mi novio es el único con quien he tenido relaciones sexuales. Lo amo. Lo necesito. Deseo conservarlo conmigo.
  • A mi novio lo hace feliz… le agrada mucho.
  • La chica desea hacer casi cualquier cosa para mantener al joven feliz. Y no tener sexo con él lo hiere emocional- mente bastante, y también físicamente, si el joven tiene fuertes impulsos sexuales. Entonces la chica enamorada puede sentirse tan culpable y obligada cuando ve sufrir a su novio, que abandona todos sus conceptos morales.
  • Si no lo hago con esta persona, siento frustración. Necesito hacerlo.
  • Siento que debo hacerlo.
  • Deseo ser aceptado por los muchachos de mi grupo.

Si el grupo que tú deseas participa en actividades se­xuales prematrimoniales, ellos ejercerán presión sobre ti para que tú procedas, o a lo menos pienses como ellos. La presión del grupo es especialmente fuerte con los muchachos. Si un muchacho tiene relaciones sexuales, es visto como conquistador, y lo hace más popular entre los demás del grupo. Por otro lado, un muchacho que no ha tenido, o no desea hacerlo, es visto a menudo como un débil, o afeminado, o algo así. No es el que está teniendo relaciones sexuales el que tiene mala reputación, sino el que no las tiene.

  • El pagó, así que yo me sentí obligada con él.

Muchos adolescentes, tanto chicas como muchachos, se sienten obligados con la persona que pagó por la cena, especialmente si ha sido una muy cara. Sienten que es obli­gación tener relaciones sexuales con ellos.

  • Todo lo que deseo es un poco de compañía.
  • Ningún muchacho te va a esperar si tú no le das a él lo que él desea (sexo).
  • Algunos muchachos que conocen mis convicciones mo­rales, hacen chistes acerca de ello. Y uno de mis amigos me dijo, —¡Eh!, ningún muchacho se va a poner a espe­rarte si tú no le das lo que él anda buscando (sexo).
  • Debe ser aburrido estar casado y tener relaciones con una sola persona.

 Extracto del libro “Lo Que Deseo Que Mis Padres Sepan Acerca de mi Sexualidad”.

Por Josh McDowell.

Lee Sexo y sexualidad – La influencia de los medios de comunicación 1

 

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