‘No es fácil decir no a la presión del grupo»

 La base para la seguridad de un adolescente hay que buscarla en su aceptación por otros —especialmente los compañeros de su grupo. La afirmación de la dignidad propia, humanamente hablando, tiene sus raíces en la opinión de los demás.

Donde hay una necesidad vehemente de afirmación, un ado­lescente se hace vulnerable a la presión del grupo. Pero si un jovencito o jovencita se afirma en su propia personalidad, en­tonces le es fácil mantenerse firme contra la opinión de los demás.

Todos necesitamos de una afirmación positiva. Cuando tal afirmación falta en la casa, en la iglesia o en la escuela, el jo­ven se vuelve más sensible con respecto a sus compañeros.

Por dondequiera que miro estoy viendo revistas con sus anuncios de índole sexual; si miro televisión, todos los anuncios de productos me hablan de proezas sexuales. Esto es por todas partes, todos los días. Mis amigos parecen estar hablando siempre de la fiesta del último fin de se­mana, o si no, me están preguntando continuamente acerca de mis experiencias. Sí, tengo una novia. No, no esta­mos haciendo eso. Cierto, nos tomamos de la mano cuando regresamos a casa del colegio. Sí, ella me gusta. No, no tengo nada que probarle.

«VIRGEN.» Esta palabra en un muchacho es peor que la palabra herpes, (enfermedad). Si yo tuviera una vené­rea mis compañeros me mirarían con respeto y simpatía. Pero «virgen» desata risitas en los pasillos. Ya no me dicen más —¿Qué vas a hacer el sábado por la noche? Por­que ellos saben.

La presión del grupo. Esas cuatro palabras suman una de las más grandes razones por las cuales el sexo es tan popular. Entre los muchachos, un chico que tiene rela­ciones sexuales por la primera vez es considerado un «no­vato,» o un «hombre.» Pero es considerado «macho» cuando ha tenido relaciones sexuales repetidas veces con varias chicas.

 En ninguna cosa la tentación es tan fuerte como en te­ner relaciones sexuales. Tú puedes estar rodeada de un grupo de gente, y todos te van a presionar para que lo hagas. Y tú te llevas esa tentación en la cabeza, y te po­nes muy confusa. Tú puedes ser virgen todavía y andar entre gente que no lo es. Pero ellos tratarán de influir sobre ti, para que hagas lo que no es correcto, diciendo, —¡Oh tú no estás en la onda, o, —Mira ese muchacho, es el más conveniente para ti.

 Un chico de mi escuela alardea de que es más macho que nosotros porque ya ha experimentado el sexo. Por causa de eso una cantidad de otros chicos quisieron expe­rimentar también. Pero ninguno quedó contento, especial­mente el chico en cuya casa hicieron la cosa, porque fueron sorprendidos por el padre.

 Otra razón por la cual uno cede a la presión del grupo es porque no quiere ser llamado «inexperto.» Para algu­nas personas este es el peor calificativo que pueden darle, porque significa «infantilismo.» También, nuestra cul­tura ha llegado al punto donde la reputación de un hombre es enaltecida cuando es considerado «experto.» Por eso, la presión del grupo parece una buena razón por la cual los jóvenes de mi edad no quieren esperar.

Extracto del libro “Lo Que Deseo Que Mis Padres Sepan Acerca de mi Sexualidad”.

Por Josh McDowell.

Lee Sexo y sexualidad – La presión del grupo 2

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