Continuemos.

9. El Sexo Prematrimonial Rebaja la Estima Propia.

Cada adolescente debe luchar con este problema. Un adolescente no es un niño, tampoco es un adulto. Preci­samente está empezando a formar ideas acerca de quién es; de su propia aceptabilidad, normalidad, deseabilidad. A menudo usa el sexo para ganar aceptación, y por un momento, se encuentra a sí mismo sobremanera aceptable. Pero cuando es dejado sin el compromiso emocional, o el amor, el espíritu humano es dañado, y el crecimiento, madurez y aceptación propia se esfuman.

Yo fui una víctima de violación sexual. Yo no consentí a mi primera relación sexual cuando era una adolescente, y quizá esto afectó mis puntos de vista. Pero llegó el tiempo en que lo hice con consentimiento, debido, mayormente, a mi baja estima y pérdida de mi respeto. Ya había perdido mi virginidad, ¿para qué o por qué habría de luchar? Me sentía avergonzada delante de Dios, y me ausenté de El y de mi fe. Creo que hice esto mayor­mente porque no me perdonaba a mí misma. Yo deseaba ser amada. Deseaba ser festejada. Mi padre se había ido; mi corazón se había deshilachado en finos hilos, hilos que yo trataba de tejer alrededor de un hombre. Pero era un amor dependiente. Lo necesitaba para sobrevivir. Ya estoy repuesta; conozco a Dios mas íntimamente que nunca antes. Cuando anduve lejos de El, también anduve lejos de mi paz.

10. Una Ruptura con una Persona después de haber tenido Relaciones Sexuales antes del matrimonio, deja cicatrices.

Un asunto que surge a menudo entre una chica y un muchacho que sostienen relaciones amorosas por largo tiempo es el argumento de que el sexo es algo perfecta­mente aceptable, cuando la pareja se «ama» el uno al otro, y saben lo que están haciendo. Esto no es una excepción a la ley de Dios. Esta expresión de amor puede mejorar la relación, pero al final, sólo causa mucho dolor. Una vez que la pareja, después de haber tenido relaciones se­xuales, rompe su compromiso, ambos sienten como si hu­bieran perdido parte de sí mismos. Un rompimiento en esta situación puede compararse al rompimiento del matri­monio mismo.

11. El Sexo Prematrimonial reduce la comunicación dentro de las relaciones.

Un envolvimiento sexual prematuro puede cegar una pa­reja a otros aspectos importantes de su relación, que podrían estar edificando como sano fundamento de su matrimonio. Sucede a menudo que ellos «llegan a la ca­ma,» más bien que hablar de muchas cosas que podrían ser compartidas y discutidas. Una vez que la relación se­xual empieza, su comunicación interpersonal disminuye. Así, con eso de estar juntos, la pareja puede perder la mis­ma cosa que ellos buscan asegurar, intimidad y compa­ñerismo como pareja.

12. El Sexo Prematrimonial hace más difícil romper con alguien.

Aunque tener sexo tiende a dañar una relación, también hace más difícil la separación. Romper con alguien con quien se ha tenido sexo puede ser algo sumamente dolo­roso. El sexo crea un vínculo emocional tan fuerte entre dos personas, que mejor sería guardarlo para el matri­monio.

13. El Deseo por Sexo y no Amor viene a ser predominante.

Puedo recordar dos relaciones de largo tiempo, que yo sé que nunca valieron para nada. La emoción del sexo me hizo esclavo del placer. Igual que la droga, el sexo de­manda dosis cada vez más fuertes. Empecé a usar y explo­tar a mis chicas más que a amarlas. Cada vez que intenta­ba poner fin a esas relaciones, me sentía incapaz de ha­cerlo por las intensas emociones que el sexo había creado entre nosotros.

14. La Culpa Puede Ser Evitada.

Otra consecuencia de violar las normas divinas en cuanto al sexo es el sentido de culpa. Uno de los peores senti­mientos de las personas sexualmente activas es despertar a la mañana siguiente y ver que están acostados al lado de un extraño. Este síndrome de la «mañana siguiente» empieza a robarle a la persona su saludable imagen pro­pia y una conciencia limpia, la cual disminuye su habili­dad para experimentar la transparencia necesaria para cul­tivar una relación íntima. Por encima de eso, los recuer­dos de encuentros sexuales pasados pueden perseguir a una persona el resto de su vida, lo cual puede dejarlo a él o ella compungido en los brazos de su amante actual. Bien se ha dicho que «una buena conciencia es una fiesta continua, pero una mala es como mil enemigos testificando contra uno».

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Lo Que Deseo Que Mis Padres Sepan Acerca de mi Sexualidad”

Por Josh McDowell

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