25 sugerencias para cultivar relaciones positivas entre padres y adolescentes:

1. Aprovechar los momentos cotidianos, tales como la cena, con sus jóvenes y dedicar tiempo individual para cada uno regularmente.

2. Tocarles con frecuencia. Demostrarles cariño con sonrisas, contacto visual, abrazos, y besos (en privado si lo prefieren)

3. Demostrarles amor incondicional. Rechazar la conducta inapropiada, pero siempre aceptar quiénes son.

4. Tratarles con respeto y con buenos modales (“por favor”, “lo siento”, “gracias”).

5. Ofrecerles seguridad a través de estructura, rutina, reglas, y expectativas consistentes, sin caer en la rigidez.

6. Sentar límites y aplicar consecuencias razonables cuando los violan, corrigiéndoles sensitivamente y en privado.

7. Aceptar el fracaso como parte natural de la exploración y el aprendizaje. Permitirles que cometan errores y aprendan de la experiencia.

8. Darles responsabilidades, según su madurez y capacidades. Evitar presionarles con expectativas no razonables basadas en nuestras aspiraciones.

9. Servir de buen ejemplo de cómo lidiar con las tensiones con conciencia, paciencia y calma.

10. Servir de modelo al relacionarnos respetuosa y responsablemente con los demás.

11. Permitirles que expresen sus pensamientos y sentimientos, y confirmarlos como válidos.

12. Ayudarles a comprender sus emociones y controlar su comportamiento.

13. Ayudarles a entender sus experiencias hablando con ellos.

14. Ayudarles a desarrollar destrezas de comunicación. Enseñarles a ser afirmativos: “Me siento así……. cuando haces esto…….. y quisiera………..”.

15. Ofrecerles dirección y guías, y apoyarles en sus decisiones.

16. Felicitarles por sus esfuerzos. Apreciar y reconocerles cuando actúan con empeño.

17. Enfatizar sus talentos más que sus debilidades, y no compararlos con otros.

18. Animarles a competir como diversión, a seguir reglas de compañerismo en lugar de ganar a toda costa.

19. Observar sus interacciones y escuchar sus conversaciones no privadas.

20. Escucharles atentamente con los oídos, ojos, y corazón.

21. Hablarles abiertamente de temas importantes y difíciles (sexo, drogas, pandillas).

22. Cuénteles honestamente de su juventud.

23. Involucrarse en su educación, alentándoles a esforzarse y no abandonar los estudios.

24. Asegurarles que no tienen que enfrentar las situaciones difíciles solos.

25. Buscar apoyo o ayuda profesional cuando ellos o usted la necesiten. Los adultos tampoco tenemos que enfrentar las situaciones difíciles solos.

Por Marisol Muñoz-Kiehne (PhD).

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