Hoy más que en ninguna otra época, las influencias externas a la familia moldean la forma en que los adolescentes piensan y actúan. Bob Levin explica esto en el artículo «El Mundo de los Adolescentes»: Los adolescentes de hoy están creciendo en la época de la tecnología de «oprimir un botón», bombardeados por un tipo de información e imáge­nes que, en épocas anteriores, muchos adultos nunca enfrentaron». La mayor influencia en el mundo de los adolescentes actualmente son los medios masivos de comunicación, los cuales han saturado la cultura popular con imágenes, mensajes y temas sexuales.

En su libro «Sani­dad Sexual», Earl D. Wilson explica: «Se ha fundado una industria multimillonaria explotando el interés que Dios nos ha dado por el sexo y convirtiéndolo en una obsesión que los medios ayudan a desarrollar y mantener». Los ídolos y héroes de los adolescentes de hoy son las estrellas del cine, la música y la televisión que a menudo edi­fican su estrellato a partir de con­notaciones sexuales patentes o descaradas. Estas connotaciones sexuales son vistas por los adoles­centes a través de la televisión, las películas y la música popular, y a menudo son sexualmente explíci­tas. Para cuando los adolescentes de los Estados Unidos tienen 18 años, han pasado entre 15 y 16 mil horas viendo T.V. Esto es un promedio de 5 horas por día, y en un año han presenciado casi 14000 encuentros sexuales en la televisión. No nos maravillemos que encuentren difícil creer que la absti­nencia vale la pena.

Liana R. Clark explica la influencia de los medios de comunicación sobre los adolescentes en su artículo «El Blues del Sexo Adolescente»: «A los adoles­centes se les ha dado el mensaje de que tener relaciones sexuales es semejante a alcanzar el nirvana. Las películas, la televisión y la música elevan al sexo hasta casi una expe­riencia mística con el mensaje falso de que el sexo les dará felicidad sin consecuencias y de que se sentirán más confiados, populares y madu­ros si se vuelven sexualmente acti­vos. Nuestra cultura les rodea cons­tantemente con imágenes sexuales. Entonces, ¿por qué se sorprenden tanto cuando actúan en base a su curiosidad?»

Cuando los adoles­centes ceden a las presiones de sus compañeros y los medios, los chicos normalmente son imitados, mien­tras que las chicas a menudo se cre­an una «sucia» reputación, o peor, quedan embarazadas. Lo que los medios no muestran en sus des­cripciones del sexo es la realidad: si alguien se involucra en el sexo hay consecuencias emocionales, físicas y sociales, con la probabilidad de un embarazo o una ETS.

A menudo los adolescentes se creen inmunes al peligro, y con cada relación sexual en que no se infectan se refuerza su creencia de que a ellos no les pasa nada. Pero la realidad es que las ETS infectan a los adolescentes.

La familia es uno de los factores más importantes en la vida de un adolescente, y puede ayudar a in­fluenciarle a no volverse sexual­mente activo. Los padres no deben sentir que no tienen influencia ante el hecho de que sus hijos vayan o no a iniciar la actividad sexual. En una encuesta realizada en 1993 en los Estados Unidos, el 86% de los hijos «dijeron que sus padres son una influencia muy importante en sus vidas».

(CONTINÚA…)

Por Brian Roles.

Tomado de Revista IPI. Año 8. Nº 39.

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