Continuemos.

2. Estoy feliz porque ustedes me han enseñado lo que es bueno y lo que es malo, y me han ayudado a tener una moral cristiana. Los amo a los dos.

3. A veces parece que los padres son tan cándidos acerca de cómo el comportamiento despierta deseos físicos, en sus propios hijos adolescentes. Los padres no parecen comprender su responsabilidad de preparar y educar a sus hijos acerca del sexo opuesto. Las chicas deben ser advertidas de que los hombres se excitan sólo con la vista. Por lo tanto, las chicas necesi­tan instrucción acerca de la modestia. Un padre tiene que estar seguro de que su hija no salga vestida de la casa de un modo que pueda tentar a su compañero. En nuestra sociedad presente, cualquier cosa menos que la desnudez completa, ya es modesto. Los padres deben refutar esta filosofía con instrucción bíblica sobre la modestia. Los padres deben enseñar a sus hijos varones cuan sig­nificante es a la mujer que la toquen. Un joven puede to­car a una chica sin darse cuenta de la importancia que la chica le asigna a ese toque. No es suficiente decir, “Se cuidadoso, y no vayas muy lejos.” Los padres deben expli­car la diferencia de los impulsos sexuales del hombre y la mujer. Deben señalar cuáles acciones y qué tipo de ves­tido pueden ser sexualmente estimulantes. Entonces los padres pueden enseñar a los adolescentes cómo ser cuida­dosos, y cómo evitar circunstancias y actividades que da­rían por resultado “ir demasiado lejos.”

4. Como cristiano, me siento feliz de tener un Dios que me da fortaleza. He sido criado con la idea de estar en contra del sexo prematrimonial, y doy gracias a mamá y a papá por haberme criado de esa manera.

5. Gracias. Los amo mucho porque me han criado en un hogar cristiano y en una iglesia cristiana; por permitirme ser responsable, por ser una joven con una elevada mo­ral; por afirmar la importancia de las relaciones correc­tas con los hombres (sexo) y esperar por el hombre que Dios ha escogido para mí. Mamá y papá, las tres personas más importantes en mi vida son ustedes y Dios, porque ustedes tres son los que me han dado el ejemplo y han moldeado mi vida. Sin la influencia de este sagrado triángulo, temo pensar lo que me hubiera sucedido. Los amo a los dos con todo mi co­razón y alma.

6. Mamá y papá, ustedes han sido verdaderamente lo que Dios quería que fuesen. Y Dios los ha usado a ustedes para hacer de mí una persona que El puede usar. ¡Muchí­simas gracias!

7. Créanme que yo aprecio todos los maravillosos valo­res y ejemplos que ustedes han puesto delante de mí. Apre­cio el amor que me han dado. Tengo pena por todas las veces que los he desilusionado o los he herido.

8. Gracias por ser buenos padres. Ustedes dos me han en­señado mucho. Yo no he sido la mejor hija, por favor, perdónenme. Creo que tengo los mejores padres del mun­do. Ustedes siempre me han dado gran respaldo, yo no podría haber logrado nada sin ustedes.

9. Deseo que mis padres sepan cuánto los quiero y los res­peto. Ellos me dieron un firme cimiento sobre cómo vi­vir por medio de Cristo y estoy tan agradecido por saber lo que es el amor.

10. Estoy tan agradecido a Dios que me dio a ustedes co­mo padres. Gracias por darme los valores y la moral que tengo, y por llevarme a la iglesia todos estos años. Gra­cias por hablarme de Jesús, y por ser un ejemplo de padres cristianos.

Extracto del libro “Lo Que Deseo Que Mis Padres Sepan Acerca de mi Sexualidad”

Por Josh McDowell

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