Cumpla el propósito de Dios: Ministerio

Uno de los gozos más grandes del ministerio, que experimentan los líderes de la juventud, es el ver a los jóvenes entregar­se al ministerio. Por lo general, los jóvenes comprometidos son los que desarrollan un corazón para el ministerio y encuentran la oportunidad de servir, no importa a dónde los lleve la vida des­pués de graduarse de su ministerio.

Mientras más se concentra nuestro equipo en enseñar a los jóve­nes acerca del servicio, más y más me sorprende ver cuán abiertos están los jóvenes al concepto del ministerio. Gozan al descubrir que tienen talentos y que Dios quiere usarlos. En algunas iglesias, conseguir que los jóvenes ministren es un reto tan grande como es convencer a la congregación y liderazgo de la iglesia que los adoles­centes pueden jugar un papel esencial en el cuerpo de Cristo.

1. Desafío a los jóvenes de todos los niveles para participar en el ministerio.

Los jóvenes pueden cumplir el propósito del ministerio en todos los niveles de compromiso. Algunos jóvenes altamente motivados hasta pueden interesarse en comenzar sus propios ministerios. No es necesario que los jóvenes, aunque no todos quieran minis­trar, tengan que atravesar todos los círculos de compromiso antes de oír hablar del ministerio y se les permita servir. Sería locura decir: «Aunque tú expreses el deseo de cuidar a otros, no puedes ha­cerlo si antes no saltas por nuestros aros de «la congregación» y «dedicación»». Aun los inconversos pueden servir a otros. El motivo no será obedecer a Dios, pero tal vez la obediencia a Dios siga al servicio. Cada año veo jóvenes que dan su vida a Dios después de hacer trabajos misioneros en una aldea mejicana.

Los siguientes pasos lo ayudarán a informar a sus jóvenes acerca del ministerio e interesarlos en ministrar.

A. Deje de tratar a los jóvenes como si fueran la iglesia futura.

Detesto escuchar a los miembros de la iglesia que dicen: «Debe­mos tener un buen ministerio para jóvenes, porque son el futuro de nuestra iglesia». Los jóvenes no son el futuro de la iglesia, son la iglesia presente, igual que todos los otros creyentes. Aunque este mensaje de la iglesia del futuro parezca inocente y poderoso, es realmente derrotista. Debemos retar a la juventud para que «hoy» sean ministros y participen en la fe, en lugar de sentarnos a esperar hasta que sean adultos. El apóstol Pablo alentó el ministerio del jo­ven Timoteo diciendo: «Que nadie te menosprecie por ser joven» (1 Ti 4:12). Necesitamos comunicar ese mismo mensaje.

Jesús nunca dijo: «Tome su cruz y sígame cuando sea un adul­to». La Biblia omite claramente cualquier requisito de edad para servir. Dios quebrantó los límites de la edad con héroes bíblicos como David, Jeremías y María. Una señal de una iglesia saludable es que ayuda a todos los cristianos, a pesar de la edad, a descubrir sus dones y expresarlos mediante el servicio en el ministerio.

B. Continuamente comunique mensajes del ministerio.

Todos los jóvenes deben escuchar la alegría que se deriva de la participación. Aun durante programas de la multitud, recalcamos que nuestro ministerio con la juventud tiene que ver con la partici­pación activa y no la observación pasiva. Repetimos ese mensaje a menudo porque es importante. Pedro le dice a los cristianos que les seguirá recordando la verdad: «Por eso siempre les recordaré estas cosas, por más que las sepan y estén afianzados en la verdad que ahora tienen» (2 Pedro 1:12). Necesitamos recordarle a los jóvenes que una vida de observación es una vida malgastada, pero que una vida de participación en el trabajo del reino, es la razón por la cual nacimos.

C. Enseñe a los jóvenes que ellos fueron creados para el ministerio.

Para muchos jóvenes, la verdad de que todos los cristianos son llamados al ministerio es revolucionaria. No todos son llamados a ser pastor, pero todos los creyentes son llamados a hacer el trabajo del ministerio. Efesios 4:1 1-Í2 nos dice: «Él mismo constituyó a unos, apóstoles;… a otros, pastores y maestros, a fin de capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de Cristo». Entonces mi papel como pastor es preparar el pueblo de Dios (jóvenes) para trabajar en el servicio (ministerio). ¡Qué ho­nor, y a la vez qué responsabilidad para humillarnos!

En la Iglesia Saddleback enseñamos que cada cristiano fue:

  • Creado para el ministerio (Ef.2:10)
  • Salvado para el ministerio (2 Ti.1:9)
  • Llamado al ministerio (1 P.2:9-10)
  • Dotado de dones para el ministerio (1 P.4:10)
  • Autorizado para el ministerio (Mt.28:18-20)
  • Mandado al ministerio (Mt.20:26-28)
  • Debe prepararse para el ministerio (Ef.4:11-12)
  • Necesario para el ministerio (1 Co.12:27)
  • Será recompensado según su ministerio (Col 3:23-24)

No podemos asumir que los jóvenes descubrirán estas verdades solos. Ni siquiera la mayor parte de los adultos que conozco entien­den que ellos fueron creados para hacer el ministerio. Debemos, por lo tanto, enseñar y repetir estas verdades.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro «Ministerio de Jóvenes con Propósito»

Por Doug Fields

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