Continuemos.

1. Importancia de los grupos pequeños.

Estas palabras del apóstol Pablo podrían ser un versículo lema para los grupos pequeños: «Así nosotros, por el cariño que les tenemos, nos deleitamos en compartir con ustedes no solo el evangelio de Dios sino también nuestra vida. ¡Tanto llegamos a quererlos!» (1 Ts.2:8). En la programación para los jóvenes de la multitud, presen­tamos y exponemos el evangelio, pero en los grupos pequeños brindamos nuestras vidas los unos a los otros. Descomponer este versículo, como se muestra en la página anterior, fue de ayuda para que nuestros líderes de grupos pequeños en la Iglesia Saddleback, reconocieran el poder disponible a través del ministerio de grupos pequeños.

Por supuesto, hay mucho más en el ministerio para jóvenes que supervisar juegos, preparar mensajes, organizar campamentos y to­car la guitarra. Esas son tareas importantes, pero un líder que pue­de cultivar un grupo de jóvenes y ofrecerle un ambiente de amor, experimentará una profundidad en el ministerio nunca antes alcan­zada con solo pararse al frente para montar un espectáculo. No solo se va a beneficiar el líder del grupo pequeño, al estar en un ministe­rio más intenso, sino que también los jóvenes se beneficiarán por lo menos de cuatro maneras.

A. Los grupos pequeños permiten que los jóvenes sean conocidos.

La mayoría de los jóvenes disfrutan de pertenecer a una multi­tud, pero si tuvieran que escoger entre ser una cara desconocida en una multitud a ser conocido dentro de un grupo pequeño, siempre escogerán esta última. No conozco a todos los jóvenes de mi igle­sia, aunque se crea que por ser el pastor de los jóvenes debo conocer­los a todos, no es así. Reconozco a muchos de los jóvenes que apare­cen en nuestro programa de fin de semana, pero no los conozco. Sin embargo, conozco a los jóvenes de mi grupo peque­ño. No solo sé sus nombres, además conozco a sus familias, sus lu­chas, temores, fuerzas y pecados. Y ellos conocen los míos. Esta inti­midad es la razón por la cual queremos crecer en cantidad y a la vez disminuir en tamaño. Crecer por la evangelización debido a la amistad y disminuir a través de los grupos pequeños. Hasta en el medio de un ministerio creciente de jóvenes, un líder que ama a los jóvenes y a Dios, puede conocer y cultivar a un joven dentro de un grupo pequeño. Queremos crecer en cantidad y a la vez disminuir en tamaño.

B. Los grupos pequeños hacen hablar a los jóvenes.

Durante un programa grande de la multitud, la mayoría de los jóvenes escucharán un mensaje, pero no tendrán una buena opor­tunidad para hablar y comentar sus opiniones. Aunque las oportunidades se den, muchos jóvenes se mantendrán callados por temor a hacer preguntas «tontas». En un grupo pequeño se crea un ambiente emocional, donde los jóvenes pueden expresar sus opi­niones sin sentirse marginados. Recientemente, a punto de con­cluir nuestra reunión de grupo pequeño, un estudiante preguntó tí­midamente: «¿Qué piensan ustedes acerca de la masturbación?» Era obvio que necesitaba algunas respuestas y quería expresar sus lu­chas con los muchachos con quienes había empleado meses crean­do una comunidad. Este estudiante nunca habría sido capaz de ha­cer esta pregunta en un grupo más grande.

C. Los grupos pequeños permiten que los jóvenes personalicen su fe.

Los grupos pequeños permiten la aplicación personal del cristia­nismo. Nuestros jóvenes oyen muchos sermones, pero a menudo esos mensajes son difíciles de aplicar hasta que se comentan. Los grupos pequeños permiten comentar cómo la verdad se puede implementar específicamente en las vidas de los jóvenes. Por ejemplo, si estamos hablando acerca de ser un testigo de Cristo, un estudian­te en mi grupo pequeño puede mencionar maneras en particular en que él puede hablar de Cristo en su escuela. De pronto, la ense­ñanza pasa de ser una presentación impersonal desde una platafor­ma a ser un grupo pequeño que ministra en su vida.

Mi seminario de MJP es bueno para que los obreros de jóvenes lo escuchen. Pueden inspirar y desafiar, pero es difícil de aplicar mientras no se discute y se adapte a un ambiente personal. Algunos obreros de jóvenes asisten al seminario, regresan a su iglesia y en un cajón guardan por siempre su cuaderno de MJP. Muchos de nues­tros jóvenes hacen lo mismo con la Biblia. Si no se habla y aplica a la vida, lo consideran interesante pero irrelevante.

D. Los grupos pequeños alientan las relaciones de responsabilidad mutua.

Cuando un joven en mi grupo pequeño dice que está planean­do aplicar una verdad que ha oído, sabe que la próxima semana este grupo de jóvenes le va a preguntar por dicha aplicación. Estos co­mentarios abren la puerta a la responsabilidad para con los otros miembros del grupo. Los cristianos que no tienen relaciones a quie­nes rendir cuentas se exponen a sí mismos a un problema poten­cial. Es muy difícil vivir la vida cristiana en el aislamiento. La Biblia nos muestra nuestra necesidad del uno para con el otro. Santiago 5:16 dice: «Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados». Los grupos pequeños de ca­lidad permiten que los jóvenes manifiesten sus luchas y motivos de oración, y les enseñan que pueden fiarse de la familia de la iglesia durante tiempos difíciles.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Ministerio de Jóvenes con Propósito”

Por Doug Fields

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