Continuemos.

En el salón retumba la música grabada o nuestra banda tocando canciones. En nuestra pantalla grande tenemos un vídeo de­portivo o un segmento humorístico. El salón está lleno de mesas re­dondas y sillas para los jóvenes y voluntarios. Prefiero este arreglo antes que las filas de sillas porque las mesas permiten una conversa­ción más natural y hacen que la sala parezca menos formal. Tam­bién brindan a nuestros líderes adultos una oportunidad específica para ministrar (en un programa que mayormente dirigen los jóve­nes) porque así pueden atender una mesa. Además, los líderes jóve­nes pueden tomar la responsabilidad primaria de asegurarse que la gente en la mesa se sienta bienvenida, cómoda y relacionada con otros jóvenes a su lado. Nuestra meta es saludar a todos por lo menos cuatro veces: una vez en la puerta, una vez por mí, una vez por el lí­der de la mesa, y con optimismo, una vez por otro joven en la mesa.

Cada uno de nuestros cultos de fin de semana dura una hora y diez minutos (repetimos el mismo culto tres veces: sábado a las 5 p.m., domingo a las 8:45 a.m. y a las 11 a.m.). Nuestro horario es algo así:

   
11:00 Apertura con la banda de jóvenes y dos canciones
  movidas
11:08 Bienvenida con humor / elemento divertido
11:15 Presentación de un equipo ministerial de jóvenes
11:20 Drama juvenil
11:25 Banda y coro
11:35 Testimonio de un joven
11:40 Mensaje
12:10 Clausura

A. Comienza la banda.

¡Nuestra banda es buena! Aunque no comenzó así, ha llegado a ser tan buena como ninguna banda juvenil que haya oído jamás. Una razón para esta excelencia es que nuestra iglesia le da prioridad a la música y desde muy temprana edad a los jóvenes se les enseña que pueden usar sus habilidades musicales para edificar nuestra iglesia. Hemos aprendido la importancia de tener un «sistema de granja» para talentos en reserva que nos evite tener años fuertes se­guidos de años débiles.

Los dos números de apertura generalmente son canciones de los artistas cristianos más populares y nuevos. Estas son canciones que la banda interpreta pero que no se cantan. La señal para buscar un asiento es cuando la banda comienza a tocar.

B. Bienvenida con humor I Elemento divertido.

Es posible que un estudiante debiera dar esta bienvenida, pero siento un afecto especial por ella. Me gusta dar la bienvenida por­que durante la mañana es el único momento en que estaré al frente antes de predicar. Me siento muy cómodo al subir y dar la bienveni­da a las visitas. (No señalamos a las visitas, pero invitamos a los jóve­nes en las mesas a saludarse el uno al otro.) Entonces presento el ele­mento humorístico.

El elemento humorístico puede ser un juego divertido que haga­mos con unos pocos jóvenes en la plataforma o puede ser un juego de mesa que haga a los jóvenes actuar recíprocamente, reírse, y com­petir contra otras mesas. Por lo general, le damos a la mesa ganado­ra una caja de golosinas. A veces, mostramos un corto de una come­dia de cine o televisión, si tiene relación con el tema que luego estaré enseñando.

C. Equipo del ministerio de jóvenes.

Como mencioné antes, tenemos varios tipos de equipos de mi­nisterios diferentes (véase una lista completa en la página 235­236). Durante esta sección de nuestro programa de fin de semana «destacamos» uno de estos equipos. Normalmente tenemos nues­tro equipo de vídeo que crea un corto (de tres minutos) documen­tal sobre uno de los equipos del ministerio. No solo hace resaltar y afirmar a los de un equipo de ministerio, sino que también sirve de publicidad para involucrar a los jóvenes nuevos en uno de nuestros equipos.

D. Drama juvenil.

Usamos nuestro equipo de drama cada semana. Muy a menudo los jóvenes escriben un sketch original (generalmente humorísti­co) que va con el tema que estaré enseñando. Algunas semanas los dramas obtienen una calificación alta (10), pero otras no (5). A pe­sar de la calidad, veo al drama como una herramienta poderosa para comunicar una verdad que estaré reforzando con el mensaje.

E. Banda y coro.

Nuestro segundo conjunto de canciones generalmente son can­ciones de alabanza. Algunos creen que esto se sale del programa para los nuevos y así es, si usted considera que la mayoría de los jó­venes inconversos no saben lo que cantan, si es que cantan. Sin embargo, hemos encontrado que la buena música y la auténtica adoración de los cristianos son un testimonio para los jó­venes inconversos. Los inconversos casi nunca cantan, pero miran a los otros y escuchan la letra. Si la banda es buena y la letra tiene sentido, no pierden las ganas de cantar. La habilidad musical de la banda de jóvenes, ya les ha impresionado y ahora oyen el evangelio cantado, y las semillas espirituales de la música quedan plantadas. No animo a los obreros de jóvenes a cantar en sus programas si no tienen música de calidad.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Ministerio de Jóvenes con Propósito”

Por Doug Fields

Lee Programas: Propósito de Adoración 7

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