Continuemos.

06. Háblales Naturalmente, en Tér­minos Familiares.

Los chicos no desean que «vengan a predicarles». Ellos desean que les com­partas tus experiencias y tu fe como una persona madura.

Debes tener presente dónde ellos están en su caminar con Cristo, y hablarles en su nivel de experiencia. Usa ilustraciones con las cuales puedan identificarse. Sin embargo, en tu deseo por identifi­carte, no caigas en el error de una ado­lescencia extendida. Los jóvenes necesi­tan un modelo adulto, un adulto que descubrió su capacidad y el deseo de trabajar con jóvenes, y no un adoles­cente que ocasionalmente comparte el mundo de los adultos.

07. Crea un Clima Informal.

Los adolescentes necesitan sentir que están juntos como un gran grupo de amigos, y no que sólo se juntan para una reunión. Los jóvenes disfrutarán y valorarán profundamente este tiempo. Y asumiendo que la amistad es un don de Dios, no sólo los adolescentes continuarán viniendo, sino que además se animarán a invitar a sus amigos.

08. Considera un Pecado Abu­rrir a un Joven. Especialmente con el Evangelio.

La vida es una gran aventura. Jesucristo fue la persona más dinámica y divertida que alguna vez vivió sobre la tierra. Toda relación que desarrolla­mos con los adolescentes, toda reunión que tengamos, debería proyectar el tipo de vida que vivió el Señor.

Los chicos necesitan sentirse libres para decir y hacer cosas, reírse de sí mismos, y sentirse parte de lo que está ocurriendo. En ninguna parte de las escrituras encontraremos alguna cita en donde Jesús o alguno de sus seguidores alguna vez aburrieron a las personas (¡al menos los discípulos los hacían enojar!). Sería horrible si, luego de un retiro, alguno de nuestros jóvenes va a su casa y escribe en su diario. «Fue un perfecto aburrimiento, lo voy a lamentar el resto de mi vida».

09. Construye en los Chicos el Instinto de Aventura.

Los adolescentes y jóvenes tienen el verdadero deseo de hacer cosas úni­cas, lo inusual, lo diferente. Planear via­jes, realizar eventos especiales, salir a algún lado, etc, añadirán excelentes cierres para tus reuniones. Incluso los dramas y los juegos serán de gran ayuda para construir el espíritu de aventura en los chicos.

10. Capitaliza el Buen Humor y la Música Para Establecer la Apertura Hacia el Evangelio.

Cada reunión debería tener una atmósfera de informalidad y diversión. Juegos, dramas, películas, etc. pueden darle a cada reunión un toque diferen­te. Tus reuniones nunca serán aburri­das, si se programan correctamente. Los chicos aman la música, y real­mente les gusta mucho cantar.

11. Estudiantes Disciplinados.

Luego que un ¡oven entrega su vida a Cristo, es importante que rápidamente sea discipulado en la vida cristiana:

  • La importancia de la comunión con otros hermanos y pertenecer a la iglesia
  • La disciplina de mantener un devocional diario personal y una vida de oración.
  • Cómo estudiar la Biblia y memorizar versículos bíblicos.
  • Como tomar notas de los mensajes del pastor y de los estudios dominicales.
  • Como compartir la fe con los demás, etc.

12. Ve Donde los Chicos Están.

La gran comisión nos alienta a «ir y decir». Sin embargo, a través de los años este mandato ha tenido una regre­sión. Ahora nosotros decimos «vengan y escuchen». Vengan a mi clase de escuela dominical, a nuestro avivamiento, nuestro servicio de adoración. No hay nada malo en estas actividades, pero nunca pueden reemplazar el estilo de vida evangelístico.

Nosotros como obreros juveniles debemos invertir nuestro tiempo per­maneciendo donde los chicos están: en las escuelas, en las actividades deporti­vas, lugares de reunión de los adoles­centes, pizzerías, etc. Ve donde están los chicos.

Tomado de Suplemento Para Maestros & Líderes. Revista Visión Joven

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