5. Movimiento.
Hay diferentes tipos de oratoria. Pero en tu caso, lo más seguro es que te dirijas con jóvenes. Por lo tanto, no es recomendable que cuando estés hablando te quedes en un mismo lugar. Lo mejor es que lo hagas de pie, y moviéndote de vez en cuando. Claro, nunca aparentar que estás nervioso, de un lado a otro, como si estuvieras bailando. Utiliza movimientos sin cruzar los brazos de manera brusca. Puedes empezar sentado frente a ellos, y luego en un momento decisivo de la plática, te pongas de pie.

6. La voz.
La voz es vital para el desarrollo de una plática. Una persona que tiene una voz suave, no la van a escuchar o se van a quedar dormidos. Una persona que se la pasa gritando en todo momento, tal vez llegue a causar un poco de molestia entre los oyentes. Lo mejor es modular la voz, dependiendo de la idea que estés manejando. Utiliza mucho los cambios de voz. En los momentos más impactantes, trata de levantar la voz, para despertar a los jóvenes y para que vean el carisma y la convicción que tienes sobre esa idea. La voz y tus gestos son clave en la transmisión de la idea.

7. Vestimenta.
Esto también es muy importante. Depende del lugar donde te encuentres, la vestimenta que vas a usar. Es muy diferente si vas a una comunidad de bajos recursos a si vas con importantes empresarios. Por lo mismo, pregunta a la persona que te invitó a la plática, cómo les gustaría que fueras vestido. Normalmente te puedes ir en traje, o formal. Dependiendo del país. Pero siempre adecúate al público con el que vas a interactuar, para que no se sientan menos que tú.

8. Los mejores críticos: los jóvenes.
Si quieres saber cómo va tu conferencia, pregúntale a los mismos jóvenes. Ellos te pueden dar las mejores ideas, sobre ejemplos, anécdotas, testimonios. Simplemente, pregúntale lo que les pasa a ellos en sus vidas, y eso lo puedes transmitir a los demás.

9. ¿Y qué pasa si me pongo nervioso?
No te preocupes. Lo peor que puedes hacer es demostrarlo. Sé que es difícil, pero trata de distraerte con otras cosas. Ríete, cuenta un chiste. Trata de hablar con el público, pásalos al frente, que te cuenten algo, etc. Si se te olvidaron las ideas, utiliza la «magia de la improvisación», que tendrás que ir practicando poco a poco, pero que tienes que utilizar, porque a todos nos pasa.
Nunca olvides, que no todas las conferencias deben ser iguales. Hay algunas mejores que otras. Lo más importante es que tú des lo mejor de ti mismo. Si en alguna te pusiste más nervioso que en otra, la próxima será diferente.

10. Preparación.
Un punto básico es tu preparación personal, si quieres ser un conferencista de éxito. Prepárate para serlo. Lee mucho, ten una colección de libros para jóvenes en tu casa. De diversos temas en donde te vayas formando de acuerdo a las necesidades del mundo. Ten a la mano una lista de temas que puedes ir dando a la semana, ve preparando diversas pláticas, diferentes dinámicas. Suscríbete a alguna revista que te pueda ayudar. Entrevístate con diferentes orientadores más grandes que tú, que te pueden ayudar a ser un mejor orador. Simplemente, date la oportunidad de transmitir un mensaje. Todos tenemos diferentes cualidades. Algunos hablarán mejor que otros. Pero por lo menos lánzate y haz la prueba, porque con tus palabras, puedes cambiar la vida a miles de jóvenes, incluso, sin que te des cuenta.
Éxito en tu preparación como un gran orador.

Por David Montalvo

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí