Dado que la vida de un ser humano está formada por varios componentes, la vida espiritual tiene elementos que debemos cuidar y desarrollar para que la relación con Dios resulte plena y armónica. Si una de estas áreas queda subdesarrollada, la salud espiritual de la persona se perjudica. Para identificar estas necesidades espirituales, consideremos cuál debe ser la práctica de la iglesia, según lo relata Hechos 2:

Así, pues, los que recibieron su mensaje fueron bautizados, y aquel día se unieron a la iglesia unas tres mil personas. Se mantenían firmes en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan y en la oración…vendían sus propiedades y posesiones, y compartían sus bienes entre sí según la necesidad de cada uno. No dejaban de reunirse en el templo ni un solo día. De casa en casa partían el pan y compartían la comida con alegría y generosidad, alabando a Dios y disfrutando de la estimación general del pueblo. Y cada día el Señor añadía al grupo los que iban siendo salvos. (Hechos 2:41, 42, 45–47)

Estamos de acuerdo con aquellas personas que enfatizan que este relato describe lo que hacían, y no prescribe exactamente la forma en que tenemos que vivir nuestra fe. Por ejemplo, el edificio denominado «el templo» fue destruido. No solamente no podemos reunirnos allí, sino que el Nuevo Testamento comunica claramente que ahora nosotros somos el templo. El pueblo de Dios es el lugar en el que habita el Espíritu Santo (1 Corintios 3:16). Sin embargo, este pasaje ejemplifica claramente que la enseñanza, la comunión, la adoración y el servicio eran cuatro elementos claves de la salud espiritual en la vida de la iglesia «primitiva».

Es fácil encontrar muchos pasajes de la Biblia que muestran que estos elementos son necesarios también en la vida de los creyentes hoy. Todos necesitamos experimentar y practicar cada uno de ellos de acuerdo con nuestra condición espiritual, edad, personalidad, dones y talentos, trasfondo personal, nivel de preparación. A continuación explicamos qué significa cada concepto desde la perspectiva bíblica y proveemos algunas pautas para su puesta en práctica en la pastoral juvenil.

La enseñanza.

Se mantenían firmes en la enseñanza de los apóstoles… (Hechos 2:42).

Jesús dio una tarea muy específica a sus seguidores: Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes (Mateo 28:19,20). La construcción de esta oración en el griego original muestra que el mandato principal es «hacer discípulos» y una parte de ese proceso de discipulado consiste en la enseñanza. A lo largo de este material, hemos enfatizado la necesidad de apuntar a la educación y no conformarnos simplemente con la enseñanza de conocimientos. Sin embargo, la enseñanza es una herramienta necesaria en el proceso educativo. Es imposible alcanzar nuestro fin de ver jóvenes y adolescentes que piensen y vivan como Jesús, si los jóvenes no saben qué pensaba y hacía Jesús. Hay conocimientos imprescindibles que los creyentes deben adquirir o se corre el riesgo de que sus convicciones y conductas se vuelvan equivocadas por no nacer de lo que Dios nos ha enseñado claramente.

En su libro Introducción al ministerio juvenil, John Dettoni explica que hay cinco cosas que el educador necesita conocer para llevar a cabo una enseñanza eficaz. Estas son:

  1. 1) El propósito de la enseñanza: Todo lo que se enseñe debe apuntar al logro de nuestro propósito último: desarrollar a los jóvenes para que piensen y vivan como Jesús.
  2. 2) Las características del aprendiz: Una enseñanza eficaz se realiza teniendo en cuenta las necesidades y características del destinatario.
  3. 3) El resultado que se espera: El educador debe tener claridad en cuanto a lo que quiere que el joven sepa, sienta, crea y haga como resultado de la enseñanza.
  4. 4) El tema: No solo es importante que el educador sepa lo que dice la Biblia, sino que también necesita tener experiencia en lo que hace a la puesta en práctica de ese tema en su vida. Es necesario experimentar lo que Dios dice antes de poder comunicarlo con autenticidad a los demás.
  5. 5) Contar con técnicas de enseñanza eficaz: Dios utiliza una gran variedad de estilos de aprendizaje en el proceso educativo que lleva a cabo con nosotros (ver tabla). Su enseñanza llegó a su punto máximo en la encarnación: Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros (Juan 1:14).Se mantenían firmes …en la comunión (Hechos 2:42).
  6. La comunión es mucho más que pasar tiempo con un grupo de amigos; es compartir con otros la vida que tenemos en Cristo. Koinonia, la palabra griega que se usa en Hechos 2 para indicar «comunión», enfatiza la idea de tener algo en común, de participar juntos de algo, y su uso en el Nuevo Testamento demuestra que lo que tenemos en común es la vida en Cristo.

La comunión.

Se mantenían firmes …en la comunión (Hechos 2:42).

La comunión es mucho más que pasar tiempo con un grupo de amigos; es compartir con otros la vida que tenemos en Cristo. Koinonia, la palabra griega que se usa en Hechos 2 para indicar «comunión», enfatiza la idea de tener algo en común, de participar juntos de algo, y su uso en el Nuevo Testamento demuestra que lo que tenemos en común es la vida en Cristo.

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