¿De Qué se Trata?: Define una clara filosofía de trabajo para tu ministerio juvenil y moviliza un ejército de jóvenes que amen profundamente a Jesús y deseen compartirlo con otros.
1. Dios se interesa por los jóvenes. Jn.3:16, Ro.5:8. En la sociedad de hoy, los jóvenes están buscando respuestas. Tienen un vacío en sus vidas que sólo puede ser llenado por Jesús. La juventud necesita saber que Dios la ama, y que sólo a través de una relación personal con el Señor Jesucristo podrá experimentar la profundidad de su amor.
2. El ministerio del discipulado es un proceso. 1º Co.3:5-8. El ministerio del discipulado es un ministerio que sirve a todos los individuos de acuerdo a su nivel de interés y creencias. Por lo tanto, para ministrar a los jóvenes en su totalidad, debemos ofrecer diferentes niveles o temas de interés que desafíen a cada joven de acuerdo a su nivel de interés espiritual. El discípulo tiene:
A. Un deseo de trabajar para desarrollar una amistad íntima y una relación de amor con el Señor. (Mt.22:37).
B. Un sentido de responsabilidad por la edificación de otros. (Gá.6:1-10).
C. Un sentido de responsabilidad por su propia edificación. (Fil.2:12).
D. Un anhelo profundo por ver a sus amigos aceptar a Cristo.
E. Un compromiso de vivir de acuerdo a la voluntad de Dios (incluyendo el ministerio, la profesión y el matrimonio). (1º Co.10:31).
3. La relación cultural es súper importante. 1º Co.9:19-23. La cultura de los jóvenes cambia continuamente. Por eso, los temas y los métodos por los cuales son debatidos deben relacionarse con las experiencias que la juventud enfrenta cada día.
4. El ministerio juvenil debe alcanzar la excelencia. 2º Co.13:11. Vemos la excelencia cuando hacemos bien las cosas correctas. Todo lo que hacemos como ministerio juvenil debe ser hecho con excelencia.
5. Todo se hace con un propósito. Prov.29:18. Y no se hace nada que no se relacione con nuestro objetivo. No planeamos actividades sólo para tenerlas. Todo lo que se hace tiende a cumplir nuestro objetivo. Si no lo hace, no lo hacemos.
6. El equipo ministerial es esencial para el éxito del ministerio. Fil.2:2. El ministerio debe desarrollarse alrededor del concepto de equipo. No creemos en el ministerio al estilo llanero solitario. El concepto de equipo es esencial para un ministerio juvenil eficaz y de gran alcance. Cada miembro del equipo tiene el potencial para ser la persona más influyente en la vida de un discípulo.
7. El evangelismo es un proceso. 1º Co.3:5-8. Sabemos que el Espíritu Santo es el único que puede cambiar las vidas, y creemos que el proceso de traer a un joven a Cristo implica tiempo, testimonios personales, amor en acción, eventos planeados para el año para compartir mejor el evangelio y una juventud comprometida con la visión de compartir a Cristo.
8. La oración es necesaria para cada área del ministerio juvenil. Fil 4:6. El ministerio juvenil debería estar saturado de oración por un grupo de personas comprometidas a orar regular y fervientemente por cada aspecto del ministerio.
Por R. Nielsen