Evalúa el Trabajo Realizado.

Esta etapa nos permitirá medir si los objetivos se han alcanzado o si se cometieron errores y las cosas no salieron como estaban planificadas. Es aquí en donde surgen las correcciones mayores, enmiendas y recomendaciones para mejorar la estrategia. Observemos dos pasos de esta etapa:

A. Supervisión.

Jesús procuró reunirse con los discípulos después de sus recorridos, a fin de escuchar sus informes y compartir con ellos las bendiciones de su propio ministerio. Durante todo el tiempo que estuvo con ellos, los ayudó a entender la razón de alguna acción previa o los preparó para alguna experiencia nueva. Sus preguntas, ilustraciones, advertencias y consejos tenían como fin hacerles ver lo que necesitaban saber a fin de llevar a cabo su obra, la cual consistía en la evangelización del mundo.

Cuando se está planificando y ejecutando la estrategia es necesaria la supervisión. Hay que estar muy cerca de nuestro equipo de trabajo, y compartir con ellos lo que Dios esta haciendo a través de cada uno. Hay que organizar reuniones periódicas con el fin de recibir el informe de cada uno de los responsables o encargados de alguna actividad.

Jesús luego de enviar a los doce «los apóstoles se juntaron con Jesús» para contarle «todo lo que habían hecho» (Marcos 6:30; Lucas 9:10).

Para poder evaluar una estrategia de evangelismo es importante tener en mente el objetivo que se planteó al inicio. En el caso de las ya mencionadas «Olimpiadas Deportivas», por supuesto que para la comisión que estuvo a cargo de la organización de las competencias, es importante saber quiénes ganaron, pero esto no es lo trascendente. Existen otros parámetros que realmente son representativos como por ejemplo, quiénes fueron los participantes que por primera vez asistieron a una actividad organizada por el ministerio de jóvenes de tu iglesia, o quiénes son los jóvenes que respondieron afirmativamente a la invitación de reconocer a Jesús como su Salvador.

B. Reproducción.

Otro de los elementos que se esperan como parte de la evaluación es la reproducción. Jesús se propuso que los discípulos reprodujeran su imagen en y por medio de las iglesias que se iban formando en el mundo. De este modo su ministerio en el Espíritu quedaría duplicado muchas veces por medio de su ministerio en la vida de los discípulos.

Algo que se espera al crear una estrategia de evangelismo es que esta pueda reproducirse. Que cada joven pueda involucrarse y hacer suyo el compromiso de trabajar en la expansión del Reino de Dios. El grupo de trabajo debe reproducirse e involucrar a los nuevos para que ellos también tomen parte de esta labor.

Jesús había creado en sus discípulos la estructura de una iglesia que desafiara y triunfara sobre todos los poderes de la muerte y el infierno. Había comenzado en pequeño como un grano de mostaza, pero crecería en tamaño y fuerza hasta convertirse en «la mayor de las hortalizas» (Mateo 13:32; Marcos 8:32; Lucas 13:18-19).

Por Sergio Benjamín Soria Fernández

Lee Estrategia de Evangelismo: El Seguimiento.

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