Lord mc, rappero profesional y encargado de un local de ropa y accesorios para hip-hop, skaters y culturas urbanas en Buenos Aires, me comentaba que la mercadería que venden allí es nacional o importada, pero que hay gente que ya tiene sus marcas o que colecciona cierta marca en particular, Jordan, Eco, u otras nacionales. Mucha gente va al local y compra aunque no tiene nada que ver con el rap, pero lo hace porque le gusta la calidad.

El rappero es muy coqueto, es envidioso, egocéntrico, está muy seguro de sí mismo y se siente el mejor (y tiene que ser así). Está el underground, al que no le gusta mostrar que es de clase baja, quiere ser reconocido como de clase alta. Todos se creen los mejores. Es gente que gasta mucho; si el rappero la tiene [la plata] la gasta toda, acá vienen de todos lados de la ciudad… El rappero quiere gastar, si le das $1.000 o $10.000 la gasta toda. Si puede tener cuarenta pares de zapatillas, las tiene.64

Porque, como ya vimos, si bien hay subculturas menos consumistas que otras, la verdad es que todas necesitan “armarse” de prendas, y ahí entra el mercado “con los tapones de punta”. Y ellas no están exentas de caer en sus garras. Pero no solo hay que armarse de ropa, sino—y fundamentalmente—de un estilo musical que les ayude en esta construcción de su identidad. Veamos de qué forma el Pilar número 2 constituye un fuerte rasgo de reconocimiento de las subculturas.

* Las bailantas en la Argentina son lugares especialmente diseñados para albergar a la subcultura bailantera, amante de la música tropical, cumbia, merengue, reggaetón, de los colores y actitudes llamativas. Es una subcultura que se da mayormente en las clases bajas e inmigrantes. Las letras de sus canciones versan sobre amores frustrados, infidelidades, injusticias y otras penurias, muchas veces condimentadas con doble sentido y humor picaresco. Para mayor información sobre esta subcultura, testimonios documentados de sus integrantes y apreciaciones desde el punto de vista sociológico, ver Jorge Norberto Elbaum, “Los bailanteros. La fiesta urbana de la cultura popular”, en AAVV La cultura de la noche: la vida nocturna de los jóvenes en Buenos Aires, Mario Margulis (et. al), Buenos Aires: Biblos, 1997, pp. 181–210.

* Entrevista realizada a Néstor, dueño de la peluquería Prana en Capital Federal, mayo de 2008.

¿Música secular, dijo? ¿Le pertenece al diablo? ¿Es así? Bueno, si así fuera habría que quitársela, porque él no tiene derecho a una simple nota de toda la escala musical.

—William Booth Fundador del Ejército de Salvación

Extracto del libro Tribus Urbanas.

Por María J. Hooft.

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