Veamos algunos casos:

  1. Vagancia y despropósito: Vivo/ Por las mujeres, por eso vivo/ Voy a la cancha, sigo a mi equipo/ Con mis amigos voy a bailar…/ Y así es el aire que yo respiro/ No tengo un mango en los bolsillos/ Con mis amigos voy a bailar…—Por eso vivo (Amar Azul).
  2. Desorden y delincuencia: Ahora nosotros tomamos el control/ Somos los dueños del pabellón/ Estamos cansados de tanta represión/ Y vamos a tomar esta prisión—Los dueños del pabellón (Damas gratis). Somos cinco amigos chorros de profesión/ No robamos a los pobres porque no somos ratones/ buscamos la fija y entramos a un banco/ pelamos los fierros y todos abajo—Los pibes chorros (Los pibes chorros).
  3. Uso de drogas y alcohol: Traigan el vino, mucha cerveza/ Que el día es nuestro y hoy se festeja—La cumbia de las chapas (Meta Guacha). Yo quiero tomar vitamina/ Me compro una bolsa/ Y estoy pila-pila/ No puedo caminar/ De tanto jalar —Quiero vitamina (Damas gratis). (En los recitales se invita al público a reemplazar la palabra vitamina directamente por cocaína). Yo tengo una flor, la tengo que cuidar/ Cuando sea grande, me la voy a fumar/ Aunque sea ilegal, para mí es medicinal—Mi flor (Damas gratis).
  4. El rol de la mujer: La mujer es totalmente denigrada, reservada casi exclusivamente para la cocina y el sexo, ambos placeres masculinos. La violación se toca como un crimen normal, al igual que la infidelidad conyugal. Eres más fácil que la tabla del dos (Los pibes chorros). Me parece que te falta jabón/ No te hagas la tonta yo sé cómo eres/ Porque hace como un mes que no te bañas/ Se te nota de lejos lo sucia que estás—La pata sucia (Amar y yo). Otras letras hablan de sexo oral y anal explícitamente.
  5. La policía: Es interesante que si aparece, no lo hace como copartícipe de la delincuencia, sino como opuesto irreconciliable. Son la yuta o los ratis.Aunque no en todas las subculturas el móvil es el mismo, lo cierto es que el lenguaje tiene una dinámica que identifica y atrae a la vez que excluye. Igual función cumplen los lugares elegidos para juntarse, como veremos en el capítulo siguiente.—“La calle” Ulises Eyherabide (Rescate)
  6. Fotos de la vida. Fotos que se velan en la calle. Mucha gente grita, pocos que te escuchan en la calle. Madres en la plaza lloran a sus hijos por las calles. El hambre limpia vidrios, se disfraza, me hace burlas por las calles.
  7. Se hace más comprensible que esta forma de lenguaje explícito, a la vez, precise de códigos e invenciones necesarias a la hora de evitar problemas con la autoridad. Muchas de las palabras se cambian una vez que llegan a ser de público conocimiento, justamente por esa necesidad de entenderse entre ellos y no ser entendidos por los demás, debido a sus hábitos de delincuencia.

Extracto del libro Tribus Urbanas.

Por María J. Hooft.

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