¿De Qué se Trata?: Los líderes de jóvenes podemos intentar nuevos programas y organizar nuevos ministerios con cierto éxito. Pero si nos ponemos a ayunar y orar nuestra eficacia será mayor.

 

Cada vez que dedicamos tiempo al ayuno y la oración, el Espíritu Santo siempre nos habla. Es a través de una dedicación a la oración que Dios imparte visión y Su Plan Maestro a su pueblo. Los líderes de jóvenes revelan sus motivaciones e interés por la salud y el crecimiento de su grupo por los motivos de oración que presentan ante Dios. La oración en términos de la obra juvenil debe incluir el pedir por los obreros que serán usados por Dios en los campos que están listos para la cosecha en este mundo sufriente.

¿Cuáles son tus sueños para tu vida y para tu ministerio? ¿Cuáles son tus sueños para tu iglesia? ¿Cuáles son tus sueños para tu grupo de jóvenes?

Una visión y un propósito trascendente mantendrá tu grupo de jóvenes saludable y en crecimiento. Según nuestra observación el promedio del ciclo de vida de un grupo de jóvenes de una iglesia local son 10 años. Los primeros 5 años se caracterizan por su vitalidad y crecimiento y los restantes 5 años son marcados por un tiempo de estancamiento y declinación.
Un grupo de jóvenes nace cuando una persona o varias personas tienen una visión de iniciar este ministerio en su iglesia. Hay mucho entusiasmo y dedicación de tiempo y energía ligados al nacimiento de un nuevo grupo de jóvenes en una iglesia.
Durante los años de crecimiento, se hace mayor énfasis por lo general en el estudio de la Biblia y los miembros participan gozosamente y de manera espontánea en la adoración. Las metas del nuevo grupo son difundir las buenas nuevas del Evangelio y nutrir a los que se convierten hasta que llegan a ser discípulos maduros. La estructura se organiza de manera natural permitiendo la reproducción y la multiplicación de ministerios efectivos.

Después de un tiempo de crecimiento, muchos grupos de jóvenes bajan su nivel de asistencia hasta estabilizarse en un cierto nivel por unos 2 años. Entonces el grupo de jóvenes o renueva su visión para disfrutar de otro tiempo de crecimiento o pasa a los peligrosos niveles de declinación.
Esta declinación es frecuentemente el resultado de uno o la combinación de varios de estos factores:
1. Falta de un liderazgo visionario.
2. Falta de oración efectiva
3. Falta de dedicación al evangelismo
4. Falta de discipulado efectivo.

1. El primer nivel de decaimiento es la nostalgia. El enfoque del grupo de jóvenes está en el pasado antes que en el futuro. Los miembros hablan de los buenos tiempos de avivamiento de antaño y de los líderes anteriores.

2. El segundo nivel de declinación es el nivel de cuestionamiento. Los miembros del grupo de jóvenes se convierten en reprochadores. Los antiguos líderes o pastores de jóvenes son reprochados como culpables por la situación actual. Se esgrimen todo tipo de excusas por la falta de crecimiento. Las puntualizaciones más comunes son: “Si tuviéramos líderes más dedicados…” “Si tuviéramos más recursos…” “Si tuviéramos mejores facilidades…”.

3. El nivel tres de declinación es la polarización. Sin unidad de propósito, los jóvenes se preocupan de las cosas no esenciales. Los conflictos sobre qué música tocar, la forma de vestir y discusión sobre las partes del programa ocasiona que los jóvenes se identifiquen con una u otra forma de pensar y surge el punto de vista “nuestro” y “el de ellos”. Por eso se invierte mucho tiempo y energía apagando fuegos, y no hay tiempo para hacer nada que valga el esfuerzo. Un grupo de jóvenes dividido es un grupo de jóvenes débil.

4. El último nivel es el de apatía. Los jóvenes se hacen indiferentes y hasta se van de la iglesia. Se pierde la visión, y a menos que el grupo de jóvenes experimente una renovación y que el liderazgo sea renovado, el ministerio de jóvenes morirá.

La única esperanza para un grupo de jóvenes en declinación es que un remanente empiece a ayunar y orar hasta que un nuevo sueño sea dado a luz, producto de una oración y un clamor ante Dios. Los jóvenes deben soñar otra vez con tener un grupo de jóvenes que cumpla La Gran Comisión (Mateo 28:19-20).
Jesús es el Señor de todo ministerio en la iglesia. El sabe que es lo mejor para la vida y ministerio de nuestro grupo de jóvenes. Es a través de la oración que el Espíritu Santo habla y hace clara una misión y un propósito. A través de la oración, recibimos el poder que necesitamos para penetrar el mundo secular con las Buenas Nuevas del Evangelio.
Jóvenes comunes y corrientes como tú y yo cuando nos entregamos 100% al control del Espíritu Santo, lograremos aquellas cosas que jamás podrán ser logradas por el esfuerzo humano. El profeta Zacarías declaró hace muchos años “ No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos”. La renovación de nuestro grupo de jóvenes es posible si renovamos nuestra visión a través del poder del Espíritu Santo.
Pasos de Acción
1. Orar por un periodo de varios días, semanas o meses examinando su compromiso personal con ayudar a tu grupo de jóvenes a ser un ministerio de la Gran Comisión.
2. Comprometerse a ayunar y a orar, dedicando este tiempo al Señor.
3. Designar una noche al mes para un tiempo especial de varias horas en oración en el templo o en hogares.
4. Oren preguntando al Señor “¿Señor, qué quieres hacer con este tu grupo de jóvenes?” Después de un periodo de oración Dios les hará percibir la visión y el propósito en Su Plan para su grupo de jóvenes.

Por Samuel Reyes

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