Haz que tus líderes sean una prioridad para ti

Cuando los nuevos líderes te hayan confirmado que están dispuestos a asumir el compromiso, forma un pequeño grupo con ellos y haz de él tu prioridad principal. Entendemos la gran tentación que significa invertir tu tiempo en eventos llamativos en vez de hacerlo en el proceso lento del desarrollo de líderes, y sabemos lo difícil que es tener la doble carga de trabajar con los jóvenes y, al mismo tiempo, con los líderes. Pero te animamos a que no caigas en la trampa de que lo urgente te impida invertir tiempo y recursos en lo necesario. A menos que desarrolles nuevos educadores, nunca estarás en condiciones de llevar a cabo el proceso educativo del que hablamos en este manual.

Recuerda nuevamente el modelo de Jesús: las multitudes lo perseguían, sin embargo no dejó que las necesidades urgentes le impidieran enfocarse en la preparación de los doce discípulos para el ministerio. Él sabía muy bien lo inconstantes que eran las multitudes y lo fácil que cambiaban de opinión y de manera de pensar, por eso confiaba más en la fidelidad y la capacidad de aquel pequeño grupo, y se dedicó a capacitarlos para que fueran los líderes a los que pudieran seguir las multitudes que se convirtieran en el futuro. Jesús esperaba que sus discípulos luego implementaran en la vida de otras personas el mismo proceso de preparación y cuidado espiritual que él había producido en sus vidas. Por eso, no es extraño que para Jesús la prioridad fuera formar y preparar a aquellos hombres claves.

Si quieres ver el fruto que Jesús obtuvo a largo plazo es importante que te disciplines y sigas su ejemplo. Si deseas que en tu grupo haya líderes que puedan pastorear a los jóvenes debes formarlos, lo que implica que ellos deberán constituirse en tu prioridad. Debes dedicarle tiempo a ese grupo que seleccionaste y desafiaste para que trabajara contigo. Piensa que, como mínimo, deberás invertir en ellos un año hasta que sean capaces de comprometerse al cien por ciento en la pastoral juvenil.

Por supuesto, no te pedimos que desatiendas al resto del grupo durante ese tiempo. Sin embargo, no olvides que, a menos que inviertas tiempo y esfuerzo en sus vida, los jóvenes de tu grupo no podrán contar con líderes capacitados que puedan conducir los grupos pequeños y realizar un acompañamiento personal. No dispondrán de líderes adecuados que los puedan ayudar a que se desarrolle en sus vidas el carácter de Cristo. De hecho, la preparación de los futuros líderes se hace de forma simultánea al ministerio con el resto de los jóvenes de la iglesia. Jesús procedió de esa manera. Sus doce discípulos fueron la prioridad, pero al mismo tiempo continuó ministrando a las multitudes.

Si ahora inviertes un año entero en la formación de líderes, ministrando a sus vidas, transmitiéndoles la visión, capacitándolos y permitiendo que experimenten lo que deseas que luego ellos comuniquen a otros jóvenes, dentro de doce meses tendrás un equipo que te ayudará a poner en práctica los cuatro acercamientos del trabajo pastoral entre los jóvenes.

Es cierto que al principio será difícil, ya que tendrás que mantener todo el ritmo normal de trabajo con los jóvenes y añadir a ello la formación de futuros líderes. Pero no pierdas de vista el norte. A menos que desarrolles nuevos educadores no podrás implementar el modelo de Jesús, y sufrirán tanto los jóvenes como tú. Para ayudar a los jóvenes a ser y pensar como Jesús, necesitas que los cuatro acercamientos educativos estén en pleno funcionamiento. Para lograr eso, hacen falta nuevos líderes. Para poder contar con nuevos líderes, debes formarlos. Para formarlos, debes dedicarles tiempo y que se conviertan en tu prioridad.

Extracto del libro “Raíces”.

Por Félix Ortiz.

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