En el principio, Dios creó a la gente con la capacidad de interactuar con su mundo, y les dio la responsabilidad de hacerlo de tal manera que fueran un reflejo de Él. Dios nunca tuvo la intención que la gente tuviera una relación pasiva con el mundo que había creado. Hizo a la gente a su imagen con habilidades creativas que no le fueron dadas a ninguna otra criatura, y les ordenó que las usaran (ver Gen. 1:26-31; 2:15-20). Por lo tanto, desde la creación, la gente siempre ha tenido sus manos sobre el mundo. Nunca lo ha dejado en paz. Nunca lo encontramos en su estado original. La gente siempre están interactuando con el mundo de una manera natural. Siempre está organizando y reorganizando, interpretando y reinterpretando, creando y recreando, y construyendo y reconstruyendo. La presencia de la cultura es constante y siempre está cambiando.

Dios colocó a la gente en el ambiente primario del mundo que creó, pero nunca nos quedamos viviendo sólo en ese ambiente. Siempre estamos viviendo también dentro del ambiente secundario – la cultura creada por la humanidad. Así que, la lucha con la cultura es inevitable.

¿Cómo entonces definimos lo que es la cultura? La cultura es lo que ocurre cuando la gente hecha a la imagen de Dios interactúa con el mundo que Dios creó. En dondequiera que halla gente, hay cultura. Si una familia se aísla de la cultura alrededor, no habrán escapado de la lucha cultura, porque como personas hechas a la imagen de Dios, formarán una cultura familiar. Y si un individuo pretende aislarse tanto de la cultura circundante como de la familia, todavía no habrá escapado de la lucha cultural, porque creará una cultura individual. No existe manera alguna de escapar de las relaciones, costumbres, instituciones, estructuras, medios de comunicación, productos y las creencias que conforman la cultura. Siempre vivimos todas nuestras vidas en este ambiente secundario.

Algo más es necesario decir: la Caída es la razón por la que existe la lucha cultural. Antes de la Caída, Adán y Eva interactuaban con el mundo que Dios había hecho. Expresaban su creatividad a semejanza de Dios, pero no había problema porque todo lo que hacían y decían, todo lo que revestían y creaban, y todas sus costumbres y maneras de relacionarse estaban basadas en las palabras de Dios. Trágicamente, otra voz, la de la serpiente, entró en la escena para dar otra interpretación de lo que Dios había hecho y dicho. Al seguir esa voz, Adán y Eva crearon la lucha cultural. Desde la Caída, la gente edifica la cultura sobre la base de muchas autoridades variadas y que compiten entre sí.

Se han ido los días de Génesis 1 y 2. Ahora el lienzo cultural está manchado con el pecado y hasta la eternidad, la cultura humana nunca reflejará perfectamente la voluntad de Dios otra vez. Por esto es tan importante responder a la cultura. Es una de nuestras luchas morales primarias. Los adolescentes necesitan crecer entendiendo esto y estando preparados para

ello.

La lucha con la cultura es inevitable y siempre es moral. La gente siempre interactúa con el mundo en un espíritu de sumisión a Dios y su Palabra, o en rebelión y dependencia en sus propias mentes. La lucha cultural siempre se trata de lo correcto y lo incorrecto, la verdad y la mentira, lo bueno y lo malo, la fe y la incredulidad, y del deseo humano o la voluntad de Dios. El aislamiento es imposible. La asimilación realmente es una capitulación con la cultura. Como se dijo anteriormente, necesitamos una manera mejor de tratar con esto.

La Necesidad de Protección

Puedes ver la influencia en la manera en la que nos vestimos. Muy pocos de nosotros usamos chaquetas y pantalones acampanados (¡No me estoy quejando!). De hecho, muy pocos de nosotros usa el mismo estilo de ropa que usaba hace diez años o inclusive hace cinco años. El largo de las faldas sube y baja, y el ancho de las corbatas aumenta y disminuye, y vuelve a aumentar. ¿Por qué? ¿Quién nos dice que ya es tiempo de cambiar? ¿Por qué la ropa que en otro tiempo pensamos que era atractiva se ve rara e inclusive es motivo de vergüenza? ¿Has visto alguna vez un álbum fotográfico familiar y has dicho: «¡No puedo creer que me ponía eso!»? La moda es un ejemplo agudo de la influencia de la cultura. No sólo le da forma a lo que hacemos, sino también a la manera en la que pensamos y vemos.

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