Muchos padres parecen que temen tener esa primera charla acerca del sexo.   Pasan semanas preparándose para ella.   Dan un suspiro de alivio por haberla concluido, y nunca más vuelven a discutir el asunto de nuevo. ¿Qué tal tú? ¿Sabes como le está yendo a tu hijo en esta área? ¿Sabes si está batallando con lujuria, fantasía o masturbación? ¿Sabes si tiene una perspectiva bíblica de la relación con el sexo opuesto? ¿Sabes cuántas de las mentiras sexuales del mundo ha aceptado? ¿Entiendes la situación, los lugares y las relaciones en los que está experimentando tentación? ¿Has hecho una lluvia de ideas con él acerca de las maneras de cómo huir de las «pasiones juveniles»? No puedes educar a tus hijos en esta área si has permitido que las puertas están cerradas.

Si vamos a ayudar a nuestros adolescentes con sus luchas para ser puros sexualmente, la clave está en comenzar desde temprano para que cuando el muchacho sea un adolescente, tanto el padre como el hijo hayan pasado cualquier estado de vergüenza o reticencia al hablar acerca del sexo. La primera vez que hablé de este tópico con mis dos hijos, uno tenía once años y el otro nueve. Los llevé a comer pizza. ¡Ni siquiera se imaginaban lo que les esperaba! Les hice preguntas para saber cuán realmente sabían. Comencé a explicar y dibujar diagramas en una servilleta. Mi hijo mayor comenzó a masticar su pizza y me dijo: «papá ¿vas a dibujar lo que estoy pensando?» Dije, «Escogí una mesa en la que nadie puede ver», y comenzamos a hablar. Se dieron cuenta de que no estaba avergonzado por el tema, y comenzaron a abrirse con las preguntas que ya por un tiempo deseaban preguntar.

Al paso de los años, nos hemos esforzado para mantener la conversación abierta por las nuevas preguntas, las nuevas tentaciones, los nuevos asuntos, y las nuevas situaciones que surgen. El entendimiento del camino de Dios de la pureza sexual no es algo que pueda ser logrado en una conversación. El aprendizaje de cómo reconocer y huir de la tentación no es una habilidad que se domina después de una charla introductoria acerca de la sexualidad. Los padres necesitan comprometerse a realizar un proceso que inicia en los años previos a la adolescencia y continua consistentemente hasta que nuestros hijos están listos para salir del hogar.

¿Se sienten cómodos tus adolescentes al hablar contigo de este tópico? ¿Les has dado un mensaje mezclado, por un lado les dices que el sexo es un regalo maravilloso de Dios, y por otro lado les comunicas temor, reticencia y evasión? ¿Han acordado que este tema es un tabú? ¿Sabes qué saben tus hijos y cuál es su fuente de información? ¿Sabes dónde tus hijos batallan con tentaciones sexuales y cómo les está yendo en esa lucha? ¿Es capaz tu adolescente de adoptar una perspectiva distintivamente bíblica acerca de la sexualidad? ¿Es capaz de criticar las distorsiones de la cultura a su alrededor? ¿Tiene tu adolescente un corazón para la pureza sexual o está cerca al límite de la modestia y decoro cristianos? Si no tienes respuestas listas para estas preguntas, no has mantenido el tópico sobre la mesa como se necesita.

Existe una explosión de consciencia sexual y tentación sexual en los años de la adolescencia. Los adolescentes están comenzando a formar su estilo de vida sexual que se quedará con ellos por años. Es el tiempo cuando muchos adolescentes caen en pecado sexual que altera el curso de sus vidas, pautas secretas de pecado sexual que los dejan bajo esclavitud por años. Debemos estar comprometido a educación paterna abierta, positiva y consistente en esta área. Debemos estar comprometidos a buscar a nuestros hijos con preguntas honestas y discusiones pacientes. Debemos poner sobre la mesa desde temprano el tema del sexo y mantenerlo allí para ser revisado varias veces hasta que el hijo se vaya de casa.

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