Continuemos.

4. Los Programas Necesitan un Sistema Progresivo para Conservar los Resultados.

Si Dios le confió el liderazgo de los jóvenes, asegúrese de saber cuándo están ausentes porque la presencia física a menudo es una indicación de su condición espiritual. Proverbios 27:23 dice: «Ase­gúrate de saber cómo están tus rebaños, cuida mucho de tus ovejas.»

Si le dice a los jóvenes que quiere que piensen en su ministerio para jóvenes como el «hogar fuera del hogar», necesita respaldar sus palabras con un sistema de conservación de los resultados. Si uno de mis tres hijos faltara a la casa durante solo una noche, desesperado se lo notificaría a la policía y lo buscaría. Dos pregun­tas para conservar los resultados podrían ser: ¿Sabe cuándo un jo­ven está ausente? ¿Si falta un joven, hace algo al respecto?

Cuanto más grande llega a ser su ministerio, tanto más difícil se hace contestar estas preguntas. Esperamos que nuestros líderes de grupo pequeño sigan atendiendo a los jóvenes específicos de sus grupos a escala de la congregación. Utilizamos una estrategia gene­ral de ayuda con los jóvenes de la multitud que no están en un gru­po pequeño. A los jóvenes que por primera vez asisten a nuestra iglesia los invitamos a llenar una tarjeta de información. Entonces su nombre se escribe en una lista de asistencia. Una copia revisada de esta lista se pone en cada mesa durante nuestro culto de adora­ción de fin de semana (programa de la multitud). Cuando los jóve­nes se sientan, buscan su nombre en la lista y le hacen un círculo. Todos los lunes viene una de nuestras mamás voluntarias a la ofici­na de la iglesia y transfiere los nombres a una lista madre. Cada nombre tiene un código de barras asignado que ella entonces esca­nea en la computadora. El resultado se imprime y da la asistencia de cada joven. El joven que falta dos semanas consecutivas recibe una carta breve, escrita a mano, de un miembro del equipo. Un jo­ven que falte tres semanas seguidas recibe una llamada telefónica de uno de nuestros líderes juveniles.

Si su equipo no está establecido para escanear un código de ba­rras (el mío jamás lo estuvo antes de Saddleback), puede usar una lista del directorio. Los jóvenes que asisten llenan tarjetas de infor­mación, y entonces compile una lista del directorio. Cada semana invierta unos pocos minutos simplemente para examinar los nom­bres, ver quién falta y reaccionar de acuerdo a la necesidad. A medi­da que aumente su ministerio, necesitará descubrir un método más eficaz.

5. Los Programas Necesitan Aclarar su Propósito y Audiencia Potencial.

Dentro de un ministerio saludable con los jóvenes, nunca debe existir duda alguna en cuanto a por qué existen sus programas. Usted debe saber qué propósito primario cumplen sus programas, para quién está pensados, y lo que generalmente sucede en cada programa.

Cuando escriba esta información, brindará a su iglesia el «cua­dro general» de su ministerio con la juventud. Si sus programas cambian, ponga al día la información y entréguela a su pastor y también a los voluntarios del ministerio, a los padres y jóvenes. Sus obreros son la sangre de la vida del ministerio, y mientras mejor in­formados estén, mejor lo apoyarán. A menudo la gente no apoya los ministerios porque simplemente les falta información.

HÁGALO PERSONAL

1. ¿En una escala del 1 al 10, qué calificación daría a su minis­terio en el desarrollo de relaciones con los jóvenes? ¿Qué ejemplos apoyan su calificación?

2. ¿Cuáles han sido algunas de sus experiencias favoritas al re­lacionarse con los jóvenes?

3. Después de ganarse el derecho de ser escuchado (por las re­laciones con los jóvenes), ¿cómo desafía a los jóvenes espiritualmente?

4. ¿Depende alguno de sus programas de una personalidad? Si ese es el caso, ¿qué programa y qué personalidades? ¿Qué curso de acción se puede tomar para ayudar a refor­zar el programa y disminuir el papel de la personalidad?

5. ¿Cómo sabe si un asistente regular está ausente por unas se­manas? Si un estudiante es un asistente irregular, ¿cómo sabe si falta? ¿Tiene un plan sólido de seguimiento para co­municarse con los jóvenes que faltan?

6. Nombre algunos jóvenes en su ministerio que estén desco­nectados y necesitan de una relación.

7. ¿Qué puede hacer para ser más agresivo en seguir las rela­ciones con los jóvenes que no están conectados?

8. ¿Tiene una descripción corta y escrita de todos sus programas?

Extracto del libro «Ministerio de Jóvenes con Propósito»

Por Doug Fields

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