«No lo he dicho suficiente, pero los amo más que a ninguna cosa en el mundo».

Los comentarios escritos por los adolescentes destacan la ne­cesidad y el deseo de la vida familiar. Las investigaciones re­velan que uno de los más grandes deseos de un adolescente de hoy es una feliz vida hogareña. El mundo en que se mueven los adolescentes está condicionado, o surge de la familia, en una manera positiva o negativa.

El Dr. Billy Graham comprende esta relación vital entre un adolescente. El escribe en el prefacio de uno de los libros más preciosos para los padres, «Parents and Teenagers,» (Padres y Adolescentes): «Los jóvenes siempre han sufrido los dolores del crecimiento, pero hoy los problemas son a menudo más profundos, más intensos y más complejos. Súbitamente los adolescentes, y sus padres, se encuentran a sí mismos haciendo frente a una hueste de problemas que se encontra­ban raramente una generación atrás. Los adolescentes están buscando identidad, significado de la vida, propósito, dirección. Combatidos por una serie de presiones de parte de sus compañeros y su sociedad, es­tán reescribiendo el libro de sus vidas, caminando en una multitud de direcciones, y a menudo metiéndose en serios problemas en el proceso».

¿Por qué es esto así? Estoy convencido de que la respuesta básica está en la rápida y severa erosión de la vida familiar hoy en día. La familia es uno de los medios más fundamentales que Dios tiene para comunicarse con nosotros y formarnos. En esta edad moderna de la información, nosotros sabemos que cuando las líneas de comunica­ción se rompen, la confusión resulta. Igualmente, cuando la familia se quiebra, lo que resulta inevitablemente es el caos y la confusión. El modelo de Dios para la familia viene a quedar torcido y distorsionado. Muchos padres, sin embargo, han comprendido este proble­ma y han sido capaces de encarar el problema, y sus jóvenes hijos están bien enterados de la influencia positiva que sus padres han ejercido sobre ellos.

He aquí algunas cartas de adolescen­tes agradecidos. Consideren especialmente la primera, las pa­labras de un joven que en unas pocas oraciones ha sumarizado los sentimientos de miles de esos adolescentes:

1. Ustedes pueden pensar que me conocen por dentro y por fuera, pero realmente no es así. Tal como ustedes ma­duraron como personas independientes por medio de sus experiencias y lecciones, así yo estoy madurando por me­dio de otras experiencias y otras lecciones. Por favor, entiendan de una vez que ya no soy más el chiquito de antes, pero todavía no soy totalmente inde­pendiente. He venido a ser una persona separada, y no necesito que me lleven más de la mano. Necesito que ustedes me alumbren el camino con su amor y con su ejemplo. Necesito las oraciones de uste­des, a través de este tiempo llamado pubertad, mientras estoy empezando a descubrir la belleza del sexo opuesto, no sólo físicamente, sino la belleza interior, que es la que cuenta. Y por favor, mamá, no te pongas celosa cuando yo me enamore. Nadie puede tomar tu lugar. La mujer que finalmente venga a ser mi novia será alguien que mejore mi vida, y la haga más rica, no alguien que venga a disminuir mi amor por ti. Nadie enviado de Dios podría hacer disminuir mi amor por otra persona, especialmente tú. Mamá y papá, ¡Dios los bendiga a ambos!

2. Yo creo que siempre seré capaz de mantener mis proble­mas en perspectiva porque mis padres me han enseñado como comunicarme y a tratar mis problemas. Deseo agra­decerles por haber sido buenos padres, y por apoyarme en todo lo que yo he hecho.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Lo Que Deseo Que Mis Padres Sepan Acerca de mi Sexualidad”

Por Josh McDowell

Lee «Dios los Bendiga a Ambos» 2

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