CONFIDENCIAL: Candidatos al Pastorado

Lo siguiente es una lista confidencial de algunos candidatos que han sido considerados para el pastorado:

ADÁN: Buen hombre, pero tiene problemas con su esposa. Además, tenemos referencias que él y su esposa suelen caminar desnudos en el bosque.

NOÉ: Ex pastor – durante 120 años sin siquiera un solo convertido. Tiene tendencia a proyectos de construcción irrealistas.

ABRAHAM: Aunque nuestras referencias hablan de cierta tendencia al cambio de parejas, los hechos parecen mostrar que él nunca durmió con la mujer de otro, pero si ofreció la suya a otro hombre.

JOSÉ: Piensa en grande, pero un poco jactancioso, cree en interpretaciones de sueños y tiene antecedentes en prisión.

MOISÉS: Hombre modesto y humilde, pero un pobre comunicador, llega incluso a tartamudear. En ocasiones irascible y tendiente a actuar apresuradamente. Hay quienes dicen que dejó una iglesia anteriormente por un problema de homicidio.

DAVID: *EL* candidato. Prometedor hasta que descubrimos el romance que mantuvo con la mujer de su vecino.

SALOMÓN: Gran predicador, pero nuestro templo no alcanzaría para todas esas esposas.

ELÍAS: Tendencia a la depresión. Colapsa bajo presión.

ELISEO: Se ha reportado que vivió durante cierto tiempo en la casa de una viuda.

OSEAS: Un pastor dulce y amoroso pero nuestra congregación no toleraría la ocupación de su esposa.

DÉBORA: Líder fuerte y bendecida por el Señor. Desafortunadamente, es mujer.

JEREMÍAS: Emocionalmente inestable, alarmista, negativo, siempre lamentándose. Se sabe que hizo un largo viaje para lavar sus calzoncillos en un río extranjero.

ISAÍAS: Un poco extraño, afirma haber visto ángeles en el templo. Tiene problemas de lenguaje.

JONÁS: Rechazó el llamado del Señor al ministerio hasta que fue forzado a obedecer bajo presión al ser tragado por un gran pez. Nos dijo que, luego el pez lo vomitó en una playa cercana. Demás está decir que cerramos el teléfono.

AMOS: No muy civilizado y con modales poco refinados. Con cierto entrenamiento de seminario podría mejorar, pero descartamos la opción luego de saber que no se lleva muy bien con gente rica. Estaría mejor en otra congregación de menores recursos.

MELQUISEDEC: Tremendas credenciales en su lugar actual de trabajo, pero ¿de dónde viene? No hay información en su hoja de vida sobre trabajos previos. No sabemos quiénes son sus padres o su lugar de origen.

JUAN: Dice ser bautista, pero definitivamente no se viste como uno. Ha dormido al aire libre por meses, tiene una dieta bastante rara y provoca a los líderes denominacionales.

PEDRO: De nivel social bajo. Tiene mal carácter y lenguaje subido de tono. Tuvo una gran pelea con Pablo en Antioquia. Agresivo, ¿peligroso?

PABLO: Líder de tipo gerencial, además de predicador fascinante. Lamentablemente, falta de tacto, duro con los predicadores jóvenes, y tenemos referencias de ocasiones en que ha predicado toda la noche.

JUAN Y SANTIAGO: Durante cierto tiempo se consideró esta opción de predicador y pastor asociado, pero descubrimos que tienen ciertos problemas de ego respecto a otros obreros de la obra y respecto a los lugares asignados a la hora de sentarse. Amenazaron a un pueblo entero luego de ser insultados. Además, se sabe que trataron de desalentar a otros obreros que no trabajaban con ellos.

TIMOTEO: Demasiado joven.

MATUSALÉN: ¿Viejo? ¡Realmente viejo!

JESÚS: Ha tenido sus tiempos de popularidad. Incluso una vez su iglesia llegó a tener 5000 miembros, pero inmediatamente los ofendió con sus palabras y volvió a quedarse solo con 12. Nunca se queda demasiado tiempo en un solo lugar. Y por supuesto, es soltero.

JUDAS: Sus referencias son sólidas. Hombre persistente. Conservador. Buenos contactos. Sabe administrar el dinero. Lo hemos invitado este domingo. No queremos ilusionarnos mucho pero aquí hay un potencial candidato.

Conclusión: las personas ven con sus ojos y escuchan con sus oídos, pero pocas veces ven y escuchan con su corazón, las apariencias suelen engañar. Examina el corazón de las personas y no sólo lo exterior, entonces podrás contemplar los frutos que dan.

Dios ve nuestro interior, de que estamos hechos y como nos formamos, y ve que por más errores o fracasos que tengamos, él tiene un gran propósito que ha jurado por sí mismo realizar en nosotros, ¡y a eso nos encaminamos!

Él nos tiene como potenciales candidatos.

 

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