Aplicación en un mundo postmoderno

El bienestar económico es el sueño de todo burgués postmoderno. Nuestra sociedad anhela progresar desde el punto de vista social y material. Una buena posición económica es la base para poder tener seguridad tanto presente como futura. Además, una buena posición económica está muy ligada al sueño hedonista -la búsqueda del placer sin fin- de la sociedad postmoderna. El dinero nos permite el acceso a los bienes y las experiencias que, según la sociedad contemporánea, son la base de la felicidad, la satisfacción y la autorrealización.

La prosperidad es uno de los sueños contemporáneos y muchos cristianos podemos llegar a confundir ésta con la vida abundante prometida por Jesús en Juan 10:10. De hecho, incluso hay toda una corriente teológica que afirma que las bendiciones y el favor de Dios se miden en clave económica. Desde ese punto de vista Jesús debió de contar con poco del favor del señor, ya que como él mismo afirmó, no tenía donde caerse muerto. No olvidemos que hasta en su muerte la tumba fue prestada.

Juan, Simón, Santiago y Leví nos enseñan que el seguimiento de Jesús pasa, a menudo, por una vida radical en todos sus aspectos. Jesús no nos llama a la prosperidad, él nos llama a la radicalidad, a ser extremistas del reino de los cielos. Muchos cristianos hacen del sueño de su vida aquello que nuestros héroes renunciaron de buen grado, la prosperidad, la vida segura, tranquila, burguesa y relajada.

En la práctica eso significa vivir de forma diferente a como vive nuestra sociedad, a tener metas diferentes, valores diferentes, prioridades diferentes. Eso implica que para muchos el llamamiento puede significar perder -una vida confortable, burguesa, próspera- para ganar -el reino de los cielos-

El mensaje del Reino de Dios es un mensaje de cambio radical, no de capitalismo barnizado de moralidad religiosa. De hecho, no olvidemos que las principales pegas a Jesús siempre vinieron de los religiosos.

Preguntas de interacción

1. ¿Prosperidad o radicalidad? ¿Cuál crees que es el mensaje central del evangelio?

2. ¿Qué principio gobierna tu vida? ¿Hacia dónde te orientas? ¿Hacia la radicalidad de

Simón y sus compañeros o hacia la vida próspera de nuestra sociedad?

3. ¿Qué implicaciones tiene para tu vida personal este pasaje?

Extracto del libro “Personajes Bíblicos en un Mundo Posmoderno”

Por Félix Ortíz

 

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