Pasaje bíblico: 1 Reyes 3:1-5.

Idea principal

Nunca el ser humano ha tenido más conocimiento e información y menos sabiduría.

Desarrollo

Salomón vivió una experiencia única en la historia. Hasta donde conocemos por los relatos bíblicos nunca Dios se le apareció, aparte de salomón, a ningún ser humano le otorgó la posibilidad de pedir cualquier cosa que deseara.

A Salomón, legítimamente se le concedió el privilegio de poder pedir cualquier cosa, esta fue la invitación de Dios. Salomón era un estadista, estaba al frente de una nación, por tanto habría sido lógico pedir cosas relacionadas con su reino. Habría podido pedir seguridad en las fronteras, prevalecer sobre sus enemigos, extender sus dominios. Sus peticiones podrían haberse inclinado hacia la satisfacción de sus necesidades, sueños o aspiraciones personales, por ejemplo, más poder, más influencia, más riquezas, la continuidad de su dinastía y muchas otras en la misma línea.

Sin embargo, Salomón no pidió nada de todo eso, a pesar, volvemos a insistir que hubiera sido correcto el haberlo hecho, hubiera sido totalmente legítimo porque el Señor le había concedido esa oportunidad única.

El relato bíblico nos indica que Salomón pidió sabiduría. Delante del Señor reconoció sus limitaciones y su incapacidad para afrontar la tarea que tenía por delante y, consecuentemente, estaba necesitado de la sabiduría del Señor. Para el rey aquello era mucho más importante que las riquezas, el poder o el sobreponerse a sus enemigos. En la Biblia sabiduría no es conocimiento intelectual. En las escrituras la sabiduría es la capacidad de organizar nuestras vidas de acuerdo, en línea y según los criterios de Dios. Una persona sabia es aquella que vive y desarrolla su proyecto vital siguiendo los lineamientos que el señor nos da a través de su palabra.

Salomón le estaba pidiendo a Dios la capacidad de organizar su vida personal y como rey siguiendo los consejos y los mandatos de Dios. Por el contrario, un necio, lo opuesto en la Biblia al sabio, es aquel que vive sin tener en cuenta la voluntad, los mandamientos, los propósitos y los consejos del Señor.

Nos dice la Biblia que a Dios le agradó la petición de Salomón, le agradó tanto que decidió que no solamente le concedería sabiduría, sino también todo aquello que no había solicitado. Recuerda mucho aquello que dijo Jesús en el evangelio de Mateo, busca primeramente el reino de Dios y su justicia y, todo lo demás te vendrá añadido.

Aplicación en un mundo postmoderno

La sociedad postmoderna ha sido llamada la sociedad de la información y del conocimiento. Nunca tantas personas habían tenido acceso a tanta cantidad de información como en estos días.

Los teléfonos móviles o celulares, la televisión a través de cable, digital o por medio de satélites y, especialmente internet, permiten que raudales sin límite de información estén a nuestra disposición simplemente pulsando un botón.

Pero los expertos advierten que nunca hemos estado tan informados como ahora y, a la vez, nunca tan desorientados en nuestras vidas personales como en estos días. Más información no necesariamente significa más discernimiento, más capacidad para tomar decisiones adecuadas, en definitiva, más sabiduría. Más informados pero menos sabios. Con más conocimiento pero más desorientados.

Salomón es un ejemplo para nosotros de la importancia de tener sabiduría -capacidad para ordenar nuestras vidas de acuerdo con la voluntad de Dios- en medio de una sociedad desbordada con tanta información.

Preguntas de interacción

1. Escribe con tus propias palabras la diferencia entre conocimiento y sabiduría.

2. ¿Por qué necesitamos sabiduría en nuestra vida cotidiana?

3. ¿Cómo podemos obtener sabiduría? ¿Qué pautas bíblicas puedes recordar en este sentido?

Extracto del libro “Personajes Bíblicos en un Mundo Posmoderno”

Por Félix Ortíz

 

 

 

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