Continuemos.

¿Qué Puedo Hacer?

Entiende que dejarte manipular es malo, enfermizo y destructivo para tu vida. Cuando te manipulen tu reacción será la ira o la depresión. Necesitas reconocer que te están manipulando y no permitirlo. Por lo tanto, trata firmemente con la manipulación.

Asume tus propias responsabilidades. Si te equivocaste, lastimaste o dañaste pide perdón. Hazte cargo. Lo que te hace sentir mal, dilo, no lo escondas. ¡Pero no te responsabilices por las decisiones de los demás! No eres responsable de las decisiones, acciones y pensamientos de nadie.

Si alguien quiere matarse, lastimarse, deprimirse o abandonarte tratando de hacerte sentir culpable, ¡déjalo! Es su problema, su decisión y su responsabilidad, no el tuyo.

Recuerda que aunque hayas hecho algo incorrecto en el pasado (que Dios ya perdonó y olvidó) no es razón ni motivo para que otros, aprovechándose de eso, controlen tu vida. Dios te hizo libre, no somos esclavos de nadie. No te ates a nadie.

Más Ejemplos.

En los siguientes ejemplos, tomados de la vida real, señala cuáles se refieren a las culpas reales, cuáles se relacionan con las culpas mentirosas y cuáles tienen que ver con la manipulación de otros para hacerte sentir culpable:

  • Llegó a casa y encontró a sus padres discutiendo. Él sintió que era por su culpa, sus notas del colegio no habían sido muy buenas.
  • Está angustiado, se enteró que su mamá había fallecido en el parto cuando él nació. Por su culpa su mamá murió.
  • “Si sigues portándote así me voy a ir de esta casa”- le repiten una y otra vez.
  • Ella lo dejó y él cayó en un estado depresivo. Cada vez que lo ve, ella se siente culpable por su estado.
  • “Me enoje violentamente, grite y los lastime con mis palabras. No me siento bien”.
  • “No está bien lo que estoy haciendo, pero ellos me dijeron que es la única manera de que sigan siendo mis amigos”.
  • “Me pidieron un favor y no lo hice, porque no me pareció correcto hacerlo. Pero me siento mal cada vez que ellos le recuerdan los favores que me hicieron a mí. Me parece que les fallé”.
  • “Cuando la vi pasar tan sensual y provocativa me hice la cabeza con ella y me imaginé un montón de cosas sexuales. No sé por qué, pero ahora no me siento bien”.
  • “Ellos están enojados conmigo. Seguramente es por culpa mía”.
  • “¡Pensar en los años que nos ocupamos de ti! ¡Todo lo que hacemos y te damos y tú nunca muestras un poquito de gratitud!”.
  • “Hablé mal de él delante de todos. Lo critiqué y le señalé sus defectos y errores”.
  • “Si yo no hubiera nacido todo sería mejor en mi casa”.
  • Jorgelina le cuenta a su novio: “El novio de Julieta le lleva flores todas las semanas y le vive regalando cosas. Claro, él debe quererla mucho ¿no te parece?”.
  • Se masturbaba para no sentirse tan solo. En el colegio le enseñaron los “expertos” sexólogos que era muy liberador hacerlo. ¿Por qué no lograba, entonces, calmar su soledad y aliviar su culpa? ¿Por qué emocionalmente no se sentía mejor?

Extracto del libro “Verdades Que Sanan”

Por Edgardo Tosoni

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