El Mito del Amor a “Primera Vista”.

Ahí estaba yo, en medio de un montón de chicos en el vestidor el primer día de clases, hablando de… bueno, tú sabes, las cosas que los chicos hablan. De pronto, ella entró. En el segundo en que la vi entrar en esa escuela sabía que era la chica para mí… la chica perfecta. Su pelo rubio le caía en cascada sobre sus hombros; sus ojos, como dos luceros, dándole luz a los míos. Bronceada como si acabara de regresar de la playa. Una figura que podía convertir a alguien de 17 años como yo, en un tonto tartamudo.

»Me enamoré. Amor a primera vista, ¿no? Bueno, por lo menos así fue para mí. Me llevó un poco de tiempo, pero al final logré conseguir una cita con el amor personificado. Después de eso las cosas suceden como deben pasar. Nos casamos, tuvimos hijos y vivimos felices para siempre».

Ahhh, así es lo que ocurre. Verdadero amor. Amor a primera vista. Algunas veces puedes ver a una chica o un chico y «saber» que has encontrado tu amor o tu compañero o compañera para toda la vida. Eso es un mito o quizás suceda una vez de un millón. Pero es peligroso pensar que eso ejemplifica el verdadero amor.

Pensamos en el amor, principalmente, como un senti­miento, como una descarga de emoción, cosquilleos en el estómago, estrellas en los ojos. Pero la Biblia habla del amor como acción y no simplemente como un sentimiento, sino como algo que se forma.

Mucha gente se imagina el amor como el Nuevo Mundo que descubrió Colón. Algo que no estaba buscando, sino que su aparición es repentina y ¡ahí está! Por el contrario, el amor es mucho más que una flor en un jardín con un jardinero. Tú plantas la semilla y la riegas, la nutres, le quitas las hierbas malas que pueda tener a su alrededor, le echas más agua, y después de días, semanas y meses, florece. Y sigue creciendo y floreciendo, siempre y cuando la riegues y la alimentes.

No entender esto puede ser una de las causas por las que tantas relaciones fracasen: Porque nadie está preparado para trabajar en el amor. Nadie cree que uno necesite regar la semilla. Nadie está preparado para las tormentas y demás cosas que pueden venir sobre la semilla. Nadie está dispuesto a abonar la tierra. Y como resultado, son pocos los que disfrutan de la flor total del amor.

El apóstol Pablo enfatiza la naturaleza activa del amor cuando dice: «Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la Iglesia…» ¿Cómo amó Cristo a la Iglesia? «(Él) Se entregó a sí mismo por ella… Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la Iglesia» (Efesios 5.25-25,28-29).

Quizás sigas sintiendo esa descarga de atracción cuando entra la rubia bronceada. Y tal vez sientas que te vas a desmayar ante el capitán del equipo de fútbol. Pero eso no es amor, es emoción. No es lo mismo que amar a alguien activamente y ver cómo el amor crece y florece de la misma forma que una flor fragante.

Ejercicio.

Desarrolla tu capacidad para enfrentar el mito del amor a primera vista con este ejercicio:

Lee 1 Corintios 13, el famoso capítulo de Pablo sobre el amor. Escribe, en los espacios correspondientes, las carac­terísticas que el apóstol Pablo señala con relación al amor:

El amor es….………………… (vs.4)

El amor es……………………

El amor no tiene……………

El amor no es………………..

No se……………………………

No es…………………………… (vs.5)

No busca………………………

No se……………………………

No guarda……………………

No se goza de……………….. (vs.6)

Mas se goza de……………..

Todo lo………………………… (vs.7)

Todo lo…………………………

Todo lo…………………………

Todo lo………………………..

El amor nunca……………… (vs.8)

Analiza tu lista. ¿Cuántas de las características del amor son sentimientos? ¿Cuántas son acciones?

Extracto del libro “No Dejes Tu Cerebro en la Puerta”

Por Josh McDowell y B. Hostetler

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