Continuemos.

6. Por SITUACIONES inesperadas.

Situaciones inesperadas pueden ser:

  • Ser tratado injustamente.
  • Ser amenazado y robado.
  • La muerte de alguien querido.
  • Algún accidente o enfermedad.
  • Una prohibición de tus padres que te separa de la iglesia.
  • La separación de tus padres.

Cuando te suceden algunas de estas cosa (u otras) reaccionás ante la pérdida con depresión. Y éste estado puede durar mucho o poco según la actitud que tomés ante él.

Jesús NO vino a decirnos que no vamos a tener problemas. El nunca nos dijo: “Entregáte a mí y todos tus problemas se van a solucionar”. ¡NO! Su buena noticia, su excelente mensaje es éste: El Señor te ama y Él es el que permite sufrimientos y situaciones difíciles en tu vida. ¿Sabés para qué?:

Para QUEBRANTAR tu orgullo, tu egoísmo, tus indiferencias.

Para SANTIFICARTE, y que no te sigás enredando con el pecado y con el mundo.

Para FORMARTE a la imagen de Jesús y poder experimentar todo el poder de su vida en tu interior.

TODO, absolutamente todo, lo que te sucede es permitido por Dios (aun las cosas más tristes), para quebrantar tus orgullos, santificarte y formarte a la imagen de su Hijo. Para hacer de tu vida algo excelente y extraordinario.

Nos sana saber y creer que Dios está por encima de los problemas. Y que ese Señor Todopoderoso que reina es nuestro Papá, que nos ama y que prepara todas las cosas para nuestro bien. Por ejemplo: El Señor no aprueba las injusticias que puedas recibir (de padres, amigos, etc.), pero las permite para quebrantarte, para hacerte como Él quiere, para formarte a la imagen de Jesús. Llegará un día en que Él juzgará a quienes te maltratan, si bien esto no significa que permitas que te hagan cualquier cosas. Podés y tenés que defenderte, pero no tomar el juicio y la venganza por tus propias manos.

Mira la siguiente lista (y faltan muchos más) de personas que fueron derribadas pero no abatidas.

  • José (Génesis 37, 39 y 40).
  • Ana (1º Samuel 1:1 al 18).
  • David (Salmo 40).
  • Job (Job 1 a 3).
  • Jeremías (Jer. 26, 38:1 al 13).
  • Amigos de Daniel (Daniel 3).
  • Daniel (Daniel 6).
  • Jesús (Mateo 26 al 28).
  • Esteban (Hechos 7).
  • Jacobo y Pedro (Hch. 12:1-17).
  • Pablo (Hch. 16:16 al 40,  2º Co. 11:23-33).

Todos ellos sufrieron, tuvieron problemas, muchos recibieron un trato muy injusto, otros no se merecían lo que les tocó vivir. Algunos fueron asesinados por seguir a Jesucristo; otros separados de sus familias. Ellos experimentaron el dolor, el rechazo, la indiferencia. Fueron agredidos verbal y físicamente. Muchos estuvieron solos en medio de locos incrédulos e irrespetuosos. Fueron derribados, pero en su interior, en su espíritu, ellos estaban firmes en la fe. Fuertes, seguros y confiados de que la presencia del Dios Todopoderoso estaba con ellos. Sabían que nunca estarían solos. Nunca serían perdedores.

Si estás deprimido por otras cosas, ¡comunicáte! con tus líderes o con alguien que pueda comprenderte y ayudarte a enfrentar en fe lo que estás viviendo. ¡Y aferráte al Señor para no seguir caído!

Extracto del libro: “Verdades Que Sanan”

Por Edgardo Tosoni

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