Aplicación en un mundo postmoderno
El deseo de control sobre nuestras vidas, destino y circunstancias es una característica típica de la sociedad en que nos ha tocado vivir. Queremos ser los dueños de nuestro destino, tomar nuestras decisiones, ir por nuestro camino y controlar todo nuestro entorno vital.
Pero, desgraciadamente, todos los seres humanos vivimos vidas que están sometidas y bajo la influencia de muchos factores que están totalmente fuera de nuestra capacidad de control e influencia.
La inmensa mayoría, por no decir la totalidad, de las personas están a merced de fuerzas sociales, culturales, económicas y políticas sobre las que no tienen el más mínimo control o poder de decisión. Sus trabajos y sus futuros y con ellos los de sus familias, dependen de decisiones tomadas a miles de kilómetros de sus hogares por personas que ni siquiera conocen ni conocerán.
Todo ello sin mencionar nuestra salud y la de nuestros seres queridos, sometida en ocasiones a aparentes caprichos de la naturaleza o fuerzas cuyo comportamiento lógico nos resulta incomprensible.
Ante todo ello el hombre postmoderno reacciona en la mayoría de los casos con ansiedad, frustración, lucha denodada por cambiar las situaciones y frecuentemente una amarga sensación de derrota.
David nos estimula con las palabras del salmo a aprender de forma vital a esperar pacientemente en el Señor en todas aquellas situaciones, circunstancias o relaciones en la que hemos perdido total o parcialmente el control.
Preguntas de interacción
1. ¿Cuál es tu reacción cuando no puedes controlar tu vida, tus circunstancias, tus situaciones, tus relaciones?
2. ¿Qué diferencia existe entre paciencia y resignación?
3. ¿Cómo puedes relacionar las palabras de pablo en filipenses 4:13 con las palabras de David en el salmo 40?
Extracto del libro “Personajes Bíblicos en un Mundo Posmoderno”
Por Félix Ortíz