Pasaje clave: 1º Crónicas 22.

¿Alguna vez deseaste algo con todo tu corazón? ¿Anhelaste intensamente realizar algo o tener algo?

Si es así, entonces entiendes el deseo que ardía en el corazón de David. Él tenía la idea fija: “Le haremos una casa a Dios”. Bueno, en realidad lo que David tenía en mente no era una “casa” común y corriente sino una obra arquitectónica extraordinaria y magnífica como verás más adelante.

¿Con qué declaración de propósito comienza el vs.1?

David sabía perfectamente bien lo que quería hacer y dónde quería hacerlo. ¿Dónde es “aquí”? Lo viste ayer. Es la propiedad que le compró a Ornán.

¿Qué materiales prepara David para la construcción del templo? (vs.2-4)

La segunda declaración de propósito está en el vs.5. ¿Cómo sería la casa (templo) de Dios?

David no puede edificar el templo porque Dios no se lo permite pero si puede, ¡y lo hace!, dejarle todo preparado a Salomón. Era tan fuerte su deseo que, aunque él no pudiera realizarlo, haría todo lo posible para que su hijo si pueda concretarlo.

¿Cuál es la orden que David le da a Salomón? (vs.6)

“TU CURRÍCULUM NO DA CON EL PERFIL”

Vuelve rápidamente al Día 18 donde David le expresa su deseo a Dios y él lo desaprueba. Nos quedamos sin saber por qué Dios le dijo que no, pero ahora el propio David le explica las razones a su hijo Salomón.

¿Cuál es el motivo por el cuál Dios no le permite edificarle casa? (vs.7-8)

¡Epa! Había derramado mucha sangre. No, no era un asesino serial. Era un hombre de guerra, un aplastador de gigantes, un conquistador. En su Currículum figuraban “trabajos” como: “Cortador de cabezas de gigantes”. “Esquivador profesional de lanzas”. “Cortador de prepucios filisteos (200 y sin lavar)” (Pregúntale a tu papá, ja ja ja ja). “Destructor de amalecitas”. “Arrasador de ciudades filisteas”. “Vengador de Saúl y Jonatán”. ¿Lo contratarías como “edificador de la casa de Dios”?

Pero Salomón sí daría con el perfil para edificarla. ¿Qué declara Dios de él? (vs.9-10)

¡Impresionante! Lo llama “varón de paz”, “hombre pacífico”. El nombre Salomón significa “pacífico”. Dios dice que será como su hijo y Él le será por padre, afirmará su reino para siempre y habrá paz y reposo en todo Israel durante su reinado. Me imagino lo orgulloso que David debe haberse sentido al escuchar a Dios mismo hablar así de su propio hijo, y su enorme felicidad al declararle a Salomón cada una de aquellas palabras. Lee sobre la realización del deseo de David en “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: 2º Crónicas. Día 2”.

EL PADRE VALIDA  AL HIJO

Validar significa “dar valor”, “reconocer”, “calificar positivamente”.

¿Con qué palabras David valida a Salomón? (vs.11-13, 16).

David no competía con su hijo. David no veía un rival en Salomón. David no tenía celos de él. Al contrario, no solo era su propia sangre, era aquel que ejecutaría el deseo de su corazón. Mira lo que David desea para Salomón: “Que el Señor este contigo, que seas prosperado, que cumplas el propósito de Dios, que el Señor te de entendimiento y prudencia para gobernar, que guardes su palabra, esfuérzate, anímate, no tengas miedo, no te bajonees. Levántate, trabaja, el Señor está contigo”. ¡¡¡Wooooooowwww!! ¡Quiero que mi papá me diga todo esto a mi!

  • “Papá, deja de criticarme y bendíceme. Deja de señalarme los defectos y errores que tengo, y aliéntame a ser mejor de lo que soy”.
  • “Mamá, no trates de que sea como eres tú ni que repita tu historia, ayúdame a descubrir quién soy yo en el Señor y a enamorarme de él”.
  • “Papá, abrázame y hazme sentir como la más preciosa para ti. Dime que soy tu princesa, tu nena hermosa, tu especial tesoro”.
  • “Mamá, deja de compararme y acéptame tal como soy. Dime lo especial que soy, dime que me amas y que me valoras”.
  • “Papá, dime cuán orgulloso te sientes de mi. Dime que soy capaz, que puedo, que lo lograré. Recuérdame cuán hermoso soy para ti”.

Si tienes padres que como David, te validan, te aman y te alientan, cuídalos y dale muchísimas gracias a Dios por ellos. Y si no los tienes, aprende a ver en Dios mismo al Papá que te valida cada día, que te guarda, te ama, te bendice, te perdona y te impulsa a que seas 10 veces mejor. Disfrútalo.

Extracto del libro “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: 1º Crónicas”

Por Edgardo Tosoni

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