Pasaje clave: Números 16 y 17.

En estos capítulos te vas a encontrar con un grave problema de rebeldía, una situación crítica para los líderes que tuvieron que enfrentarse a ella y la intervención de Dios para ponerle fin al problema.

¿Quiénes fueron los rebeldes y cómo se expresaron? (16:1-3, 12-14, 19).
¿Cuál fue la actitud de Moisés y Aarón ante esta situación? (16: 4 al 11, 15-17).

Los rebeldes no eran nenitos caprichosos, ni adolescentes enojados. No eran personas nuevas que no entienden mucho acerca de las cosas de Dios, ni hermanitos recién convertidos que todavía no saben nada de la Palabra. ¡No! Eran príncipes del pueblo. ¡Líderes escogidos!
Formaban parte de la elite que se reunía con Moisés para tomar decisiones y algunos de ellos, además, eran levitas que servían en el Tabernáculo y tenían la responsabilidad de ministrar a la congregación.
Pero estos líderes no actuaban bajo el principio de la autoridad de Dios, sino bajo el principio de la rebeldía satánica. No aceptaban a Moisés y Aarón ni los soportaban. Los consideraban no aptos para liderarlos y guiarlos.
¿O acaso no eran líderes también ellos? ¿No ministraban al pueblo? ¿No tenían autoridad? ¿No servían en el Tabernáculo? ¿Acaso no hablaba Dios por medio de ellos?

Pero estos rebeldes querían más. No les alcanzaba con el liderazgo que se les había confiado, querían más autoridad, más poder, más reconocimiento, más control sobre todas las cosas y menos sujeción, menos dirección y menos obediencia a los líderes ungidos y escogidos por Dios.
Con sus palabras y comentarios pusieron a todo el pueblo en contra de Moisés y de Aarón. Y al no sujetarse a ellos tampoco se sujetaron a Dios ni respetaron su autoridad porque Dios mismo había escogido y levantado a Moisés y a Aarón en el liderazgo.

¿Qué piensas de la actitud de Moisés?
Él era muy manso, pero se enojó muy fuerte contra la rebeldía de ellos.
Les recordó que él no se había autoproclamado líder. Defendió su liderazgo porque sabía que Dios lo había escogido y los desafió a ponerse delante de Dios para que Él mismo confirmara a quién había sido elegido.                                                    

¿Cómo interviene Dios en esta situación? (16:20 al 46).
Ante el juicio determinado por Dios, ¿qué hacen Moisés y Aarón? (16:22, 45 al 48).
¿Qué señal definitiva les da Dios a los príncipes y a todo el pueblo para que nunca más vuelvan a desafiar el liderazgo de Moisés y Aarón? (17: 1 al 10).

El juicio de Dios fue muy severo contra los líderes rebeldes. Tenían que ser ejemplo y modelo para todo el pueblo, pero en cambio los contaminaron con su misma rebeldía y orgullo. Porque el pueblo también se rebeló contra Moisés y Aarón. Y por esa rebeldía ¡murieron 14.700 personas!
Hay líderes que Dios no ha levantado, hacen lo que no deben y son pecaminosos. Obran por su propia cuenta. No son ejemplo ni modelo. Es necesario denunciar a estos líderes. Pero Dios protege al liderazgo que Él sí ha levantado y que obra de acuerdo a su voluntad.
Tal vez tú no seas aún un líder, o tal vez estés aprendiendo a serlo, ¿cómo está tu corazón hacia aquellos que están en autoridad?
¿Qué piensas de ellos y qué actitudes tienes?
¿Escuchas y atiendes sus consejos cuando hablan contigo?
¿Oras por ellos?
¿Les compartes lo que Dios hace en tu vida?

Piénsalo.

Como tus líderes buscamos tu bendición, tu crecimiento y tu madurez. No estamos para divertirte sino para formarte. Por lo tanto, si estamos obrando en la voluntad de Dios no te rebeles contra nuestro liderazgo, no imites a Coré. Pero si estamos fuera de la voluntad de Dios, si lideramos con irresponsabilidad, no hables a nuestras espaldas, ven y dínoslo.
Si te rebelas contra los líderes ungidos por Dios te estás rebelando contra Dios mismo.

Extracto del libro “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Números-Deuteronomio”

Por Edgardo Tosoni

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