Devocional – QUÉDATE CON NOSOTROS

Pasaje clave: Juan 4:39-54.

Dijimos ayer que la decisión de la mujer samaritana no solamente cambió su vida para siempre sino que también afectó a toda una ciudad.

¿Qué hacen los hombres de la ciudad al escuchar el testimonio de la mujer? (vs.30 y 39).

¡Salen a buscar a Jesús y deciden creer en él! Por la palabra de la mujer aquellos hombres creyeron en Jesús. Le entregaron sus vidas a Él.

¿Qué era lo que ella les decía de “especial”? (vs.29 y 39).

“Ese hombre, ese judío, me dijo todo lo que yo hice. Estoy segura que él es el Cristo”.

¡No les decía nada especial! ¿Piensas que hizo un curso acelerado de evangelismo? ¿Crees que mientras iba para la ciudad sacó del bolsillo el librito “Evangelismo para Dummies”? ¿O cómo dar testimonio en 5 prácticos y efectivos pasos? ¡No!

Sus únicas palabras eran: “Me dijo todo lo que hice, él es el Cristo”. Era lo único que ella sabía y de eso hablaba, pero hablaba con tanta pasión, con tanta convicción, con tanta seguridad, con tanta determinación, que logró lo que parecía imposible: que aquellos samaritanos salieran a escuchar a un judío que decía ser el Cristo, el Mesías enviado de Dios.

Hago una breve aclaración. No estoy en contra de los cursos sobre evangelismo, ni de las clases para aprender a dar testimonio, sólo digo que mientras estudias para aprender no dejes morir dentro tuyo la pasión por compartir de Cristo, el deseo de hablar de Jesús.

¡Habla de Él aunque no hayas terminado el curso de evangelismo! ¡Da testimonio de lo que Jesús hizo en tu vida ahora mismo!

¡Predica, evangeliza, testifica, comparte, gana, consolida! ¡Llámalo como se te de la gana, pero hazlo!

¿Qué actitud toman los samaritanos con respecto a Jesús? (vs.40-41).

¡Esa es la actitud ganadora! ¡Jesús, quédate con nosotros!

¿Sabes cuánto desea Jesús que le digas lo mismo: “Quédate conmigo”?

“Tengo que preparar este examen. Quédate conmigo”.

“No me siento bien. Quédate conmigo”.

“En un par de horas viajo a otra ciudad. Quédate conmigo”.

“Hoy comienzo a trabajar. Quédate conmigo”.

“Estoy por salir con ese bombón de ojos verdes. Quédate conmigo”.

“Me siento muy tentado. Quédate conmigo”.

“Tengo que hablar con él y no sé cómo reaccionará. Quédate conmigo”.

Finalmente, ¿qué le dicen los propios samaritanos a la mujer? (vs.42).

“Hemos oído y sabemos que éste es el Salvador del mundo, el Cristo”.

¿Qué has oído de Jesús? ¿Qué sabes de él?

¿Es tu Salvador? ¿Lo has invitado a vivir en tu vida?

¿Alguna vez le has dicho: “Señor Jesús, sé que eres el Salvador y el Señor y que diste tu vida por mi, te invito a que vengas a vivir en mi vida, te pido perdón por mis pecados, renuncio a ellos y te recibo en mi corazón como mi único Señor y Salvador”? ¿Lo has hecho?

Si aún no lo hiciste, no sigas leyendo. Ahora mismo invítalo a entrar en tu vida, recíbelo como tu único Señor y Salvador. Y luego ve, y cuéntaselo a otros para que ellos también lo conozcan.

LA FÓRMULA DEL ÉXITO

La fama de Jesús comienza a extenderse y rápidamente se corre la noticia de las cosas extraordinarias que él hacía (vs.45).

Cuando regresa a Galilea, ¿quién sale a buscarlo y para qué? (vs.46-47).

¿Qué le responde Jesús? (vs.48).

Ante las palabras de Jesús, ¿cómo reacciona el oficial? (vs.49).

Insiste… Insiste… ¡Insiste! No te des por vencido. Y salvo que Dios te muestre lo contrario sigue insistiendo en su presencia hasta que el milagro sea hecho.

¿Qué le dice Jesús y qué actitud toma el oficial? (vs.50).

Jesús le suelta una palabra poderosa. El oficial la cree. Y el milagro se produce.

Te voy a revelar ahora la “Fórmula del Éxito” para que en todo lo que hagas te vaya bien:

Palabra de Dios + Tu fe en esa Palabra = Resultados extraordinarios

Mira el resultado en la vida de este oficial (vs.51-53).

Pero como Dios siempre hace las cosas más abundantemente de lo que le pedimos, no sólo se sanó su hijo sino que toda su familia creyó en Jesús. Todos fueron salvos. Cada vez que apliques la “Fórmula del Éxito” en tu propia vida algo sorprendente sucederá.

Extracto del libro «Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Juan»

Por Edgardo Tosoni