Pasaje clave: Lucas 1.

Lucas comienza con dos historias de alto impacto que desafían la fe de cualquiera. Algo así no lo vas a escuchar todos los días. Prepárate para disfrutar porque estos dos relatos te desafiarán a creer totalmente en Dios y dejar de lado toda duda e inseguridad.

El primer relato nos habla de…

Zacarías y Elisabet.

¿Quiénes eran Zacarías y Elisabet? (vs.5)

¿Cómo eran ambos delante de Dios? (vs.6)

¿Le prestastas atención a las cualidades de estas dos personas? ¡Justos, irreprensibles y súper obedientes a Dios! Ellos no jugaban a “ir a la iglesia”, no jugaban “ a ser creyentes”. Ellos tenían una vida totalmente comprometida con Dios. No era un pasatiempo, ni “una experiencia religiosa”. Era compromiso con el Señor al 100%.

Sin embargo… ¿qué gran problema tenían? (vs.7)

Entiéndelo. Los hijos de Dios también tenemos problemas y también nos enfrentamos a situaciones que, humanamente hablando, son imposibles de solucionar o resolver. Pero para nosotros está prohibido no creer, porque cuando creemos Dios nos sorprende con algo extraordinario. ¿Puedes creerlo?

¿Qué tenía preparado Dios para ellos? (vs.11-17).

¿Te das cuenta lo importante que es acercarse a Dios y buscarlo? Leer su palabra, pensarla, creerla y hablar con Dios. Él es especialista en lo imposible.

Pero… ¿qué pasó con Zacarías? (vs.18-22).

Dios podía hacerlo. Dios podía darles un hijo. A pesar de que eran dos viejos, Elisabet podía quedar embarazada. Y de hecho tuvieron un hijo y lo llamaron Juan (vs.24, 36-37 y 57-66). Él fue el primo hermano de Jesús, y años más tarde sería conocido como Juan el Bautista. ¡Dios ya tenía todo planificado!

¿Cuál era el problema, entonces? El problema era que Zacarías NO CREÍA que Dios podía hacerlo. Zacarías no creyó que algo tan extraordinario pudiera llegar a suceder.

¿Cómo reaccionarías ante una situación como esta? ¿Sabes cuál es nuestro gran problema? Aunque no seamos viejos como Zacarías, somos muy parecidos a él. Primero miramos el problema que tenemos. Miramos todo lo malo que sucede y recién después lo miramos a Dios ¡que se especializa en lo imposible! O peor aún, a veces ni siquiera lo buscamos a Dios y tratamos de “solucionarlo” todo por nosotros mismos y nos embarramos aún más.

El segundo relato nos habla de…

María.

¡Sí, la madre de Jesús!, cuando todavía no sabía que iba a ser la madre de Jesús. La experiencia de María fue muy similar a la de Zacarías, pero ella tuvo otra actitud.

El ángel de Dios se le presenta a María, que era soltera y que nunca había tenido relaciones sexuales (sí era virgen, y muy orgullosa de serlo) y la sorprende. ¿Qué le dice? (vs.30-33).

¿Y cómo reacciona María? (vs.34)

María no estaba dudando del poder de Dios ni de su Palabra, simplemente quería saber cómo una chica virgen podía quedar embarazada ¡sin hacer el amor y sin inseminación artificial! Ella quería saber cómo iban a suceder las cosas. Y el ángel le da la respuesta (vs.35 y 37). El embarazo sería sobrenatural.

¿Cómo responde María? (vs.38).

¿Estas dispuesto a decirle a Dios: “Haz tu voluntad en mí? ¿Estás dispuesto a creerle por más que parezca un imposible?

El Dios Todopoderoso quiere hacer algo inmenso, increíble, fabuloso. Algo sorprendente… pero para hacerlo necesita gente jugada a creerle. ¿Serás tú?

“Señor, hace conmigo de acuerdo a tu Palabra. Creo en la Palabra que me diste y declaro que se cumplirá en mi vida”.

Extracto del libro «Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Lucas»

Por Edgardo Tosoni

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí