Pasaje clave: Deuteronomio 26 al 28.

Después de enseñarles acerca de las primicias (26:1-11) y de los diezmos (26:12-15), Moisés finaliza el capitulo 26 recordándoles el pacto que ellos habían hecho con Dios
¿Sabias que es el mismo pacto que Él hizo con nosotros?
Mira el Pacto entre Dios y nosotros:

Dios.

1º. Nos  hizo  pueblo suyo  (vs.18).

2º. Pertenecemos exclusiva- mente a Él. (vs.18).

3º. Desea exaltarnos por encima de todos (vs.19).

4º. Su propósito es que seamos santos (vs.19).

Nosotros.

1º. Cumplir su Palabra y practicarla con todo el corazón (vs.16).

2º. Él será nuestro único Dios (vs.17).

3º. Andaremos en sus cami- nos, guardaremos su Palabra y oiremos sólo su voz (vs.17).

Dios jamás se olvida de sus pactos y jamás deja de cumplirlos.
El problema está en nosotros que fácilmente nos distraemos y agarramos para nuestro propio lado, olvidándonos de lo que pactamos. Tú y yo hicimos este pacto el día que creímos y recibimos a Jesús como nuestro Señor y Salvador. Desde ese día, y hasta el final de nuestras vidas, estamos comprometidos con Dios en este pacto. ¿Entiendes la importancia de esto?
No tienes que vivir como se te dé las ganas hacerlo. Ni tienes que manejar tu vida por impulsos o emociones, sino según las palabras del pacto: “Señor, porque tengo un pacto eterno contigo, voy a guiar mi corazón según tus palabras para no transar con el pecado, y para pelear contra todo lo que se levante en tú contra. Para andar en tus caminos y guardar tu palabra en mi corazón cada día de mi vida”.

Bendiciones y Maldiciones.

¿Qué tendrían que hacer luego de haber cruzado a la tierra prometida? (27:2 al 8).

¿Te imaginas esas enormes piedras a la vista de todo el pueblo escritas con toda la ley de Dios?
Nadie podría decir nunca: “Yo no sé lo que Dios quiere para mí”, porque inmediatamente le señalarían las piedras y le dirían: “Anda y lee”.
Como es medio complicado andar llevando piedras escritas para todos lados, hoy tenemos las mismas palabras de Dios en nuestras prácticas, livianas y cómodas Biblias. Inclusive hasta las podemos conseguir grabadas en CD si un ataque de pereza nos impide leer. Sea como sea, no tenemos ninguna excusa para decir: “No sé cuál es la voluntad de Dios para mi vida”, o “no sé lo que Dios piensa acerca de éste asunto”. Si no lo sabes es porque estás dejando que tu Biblia se llene de polvo y tu corazón de pereza y excusas tontas.

¿De qué clases de prácticas pecaminosas jamás deberían participar? (27:14 al 26).
¿Prestaste atención al último versículo?
También es maldito el que no obedece las palabras de Dios. ¿Por qué? Porque al no hacerlo rompe el pacto que hizo con Dios.
¿Qué paquete de bendiciones están reservadas para los que viven según el pacto que tienen con Dios? (28:1 al 14).
¿Qué paquete de maldiciones (castigos) están reservadas para los que no viven según el pacto que tienen con Dios? (28:15 al 68).

Piénsalo.

Maldición no es “ser echado en el infierno”, ni “perder la salvación” (por lo menos para los que sabemos que la salvación no se pierde). Maldición significa sufrir las consecuencias del pecado y la desobediencia en diferentes áreas de la vida. Así como bendición significa gozar y disfrutar de las consecuencias de creerle a Dios y tomarlo en serio.

Extracto del libro “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Números-Deuteronomio”

Por Edgardo Tosoni

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