Pasaje clave: 1º Corintios 6:13, 18. 1º Tesalonisenses 4:3.

Tiger Woods, el mejor golfista del mundo, fue noticia en los medios masivos de comunicación.

¿Por ser un deportista famoso? ¡No! ¿Por haber ganado más títulos que cualquier otro? ¡No!

¿Por ser multimillonario? ¡No! ¿Por estar casado con la bella Elin Nordegren, una rubia muy linda, y ser padre de dos hermosos hijos? ¡No!

Escucha lo que dicen de él los medios de comunicación: “A Tiger Woods le crecen las amantes”. “Tiger Woods reconoce haberle sido infiel a su esposa”. “Actriz porno, la octava amante de Tiger Woods”. “Tiger Wood es un adicto sexual”. “La esposa de Tiger Woods se niega a volver con él”.

Conoces a Diego Maradona, el mejor futbolista de la historia, y seguramente también has escuchado de sus problemas con las drogas, con el alcohol y con el sexo. Su ruptura matrimonial y los escándalos sexuales en su vida ocupan el mismo lugar que sus virtudes deportivas.

¿Conoces al rey David? Por tener sexo con la bella Betsabé, mintió, ordenó asesinar al esposo, la embarazó y trajo el juicio de Dios sobre él y su familia. Finalmente el bebé murió (2º S.11-12).

¿Has leído de las 700 esposas y las 300 concubinas del rey Salomón y cómo ellas lo empujaron a la idolatría? (1º R.11:1-8). Y estos son unos pocos ejemplos de los miles que podríamos mencionar. Si lees Proverbios 7 verás cuáles son las consecuencias de tener sexo por dinero. Y 1º Corintios 6:12-20 te habla de que no peques contra tu propio cuerpo teniendo sexo fuera del matrimonio.

Los medios de comunicación, y muchos programas educativos, nunca te dirán que detrás del placer sexual y de la búsqueda de más y más sexo, hay miles de niños abortados, miles abandonados, dignidades perdidas, familias destruidas, confianzas rotas, enfermedades venéreas, emociones lastimadas y adicciones sexuales difíciles de curar.

¿Por qué hay tantos hombres, jóvenes y adolescentes desesperados por tener sexo? No es sólo por un tema “hormonal”, sino porque hay mentiras que se han grabado en sus mentes y corazones:

  • “Los deseos sexuales son poderosos y requieren satisfacción inmediata”.
  • “Cuantas más relaciones sexuales tengas más hombre serás”.
  • “La masculinidad se ve en el tamaño del pene. Más grande, más hombre”.
  • “El hombre debe estar “siempre listo” (sexualmente hablando).
  • “Es de tontos desaprovechar las oportunidades sexuales”.
  • “Los hombres no quieren amor, sólo quieren sexo”.
  • “Todos los jóvenes están teniendo sexo”.
  • “¿Aún no lo has hecho? ¿Eres raro? ¿Eres gay?”.

¡Mentiras! Cada una de estas frases es mentira. La masculinidad, la hombría, ser bien “macho”, no es directamente proporcional al número de conquistas amorosas o relaciones sexuales que alguien tenga. La masculinidad se basa en el respeto, en el cuidado, en la ternura, en la protección, en la sensibilidad para entender como se sienten ellas y en la agresividad (no violencia) para decidirte a protegerlas y valorarlas. ¡Y no en llevártelas a la cama!

Masculino es el joven que valora a las chicas, las admira y las cuida. Masculino es el que las trata con pureza. ¿Sabes qué es pureza? Pureza es un estado de la mente y del corazón que afecta tu conducta. Pureza es cómo piensas y sientes hacia el sexo opuesto. Cómo son tus conductas, palabras, actitudes y propuestas hacia las chicas. ¿Buscas hacerle bien o sólo quieres su cuerpo? ¿Realmente la amas o sólo quieres tener sexo con ella?

Pureza es lo que Dios quiere para ti en todas las áreas de tu vida. Si tienes cuidado con lo que lees, con las películas que miras, con los sitios web por los que navegas, con los amigos que eliges, si te apartas de la pornografía, entonces alimentarás la pureza. Si te decides a tener un tiempo personal con Dios, cada día, y a hablarle de tus deseos y tentaciones sexuales, crecerá tu pureza y el poder para actuar correctamente. Serás más resistente al pecado.

Puede que no pienses así cuando el deseo sexual te presiona, pero puedes experimentar la completa liberación de todas estas cosas si en vez de vivir en tus fuerzas, vives con la fuerza de Dios. No creas la mentira de que el sexo, el dinero y la fama te harán feliz. Serás tentado para creer esa mentira. Todos lo somos. Pero pídele a Dios que te ayude a descubrir que la verdadera realización personal y el éxito en la vida se encuentran sólo en Él.

Piénsalo.

¿Puedes pensar en alguna noticia o programa de T.V. que hayas visto en los últimos días en donde las conductas sexuales fueron presentadas sin consecuencias negativas?

Si estás involucrado en actividades sexuales, confiesa tu pecado creyendo que Dios te perdona completamente, renuncia en el nombre de Jesús y decídete firmemente a alimentar la pureza de tu mente y corazón. Pídele sabiduría a Dios. Busca ayuda. Mantente puro. Puedes hacerlo.

Por Edgardo Tosoni

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí