Pasaje Clave: Jueces 6:1-24

REPASEMOS…

  • 8 años de esclavitud. 40 años de libertad y paz bajo el liderazgo de Otoniel.
  • 18 años de esclavitud. 80 años de libertad y paz bajo el liderazgo de Aod.
  • 20 años de esclavitud. 40 años de libertad y paz bajo el liderazgo de Débora.

DE MAL EN PEOR 5
“Ya sé… ya sé… no me digas nada. ¡Los israelitas volvieron a hacer lo malo delante de Dios y fueron nuevamente castigados!”.
¡Pero muy bien! ¡Impresionante! Parecería como que en cada nuevo capítulo la historia volviera a repetirse. Y esta vez, ¿en manos de quiénes fueron esclavizados y durante cuánto tiempo? (vs.1)
Y a causa de sus enemigos, ¿a dónde se habían mudado los israelitas? ¿En dónde vivían? (vs.2)
¿De qué manera los madianitas y amalecitas oprimían al pueblo de Israel? ¿Qué les hacían? (vs.3-6)
¡Woooww! Eran tantos que parecían langostas arrasando con todo a su paso. Estos tipos no dejan nada de nada. Son violentos, saqueadores y ladrones. Y a causa de ellos (y a causa de sus propios pecados) los israelitas se vuelven más y más pobres.
Piensa en lo siguiente: Israel es el pueblo de Dios, ellos están viviendo en la tierra prometida, la tierra que fluye “leche y miel” (una expresión que significa abundancia), ¡y sin embargo viven muertos de hambre, empobrecidos, sin un peso en el bolsillo y escondidos como ratas en las cuevas! ¿Cómo es posible? ¡Estamos todos locos!
¿Entiendes? Si pecas, si te olvidas de Dios, si vives como se te da la gana y haces cualquiera, no importa cuánto te ame Dios, no importa cuántas promesas tengas de Él, ¡vivirás mal! porque el pecado te roba todas las bendiciones, toda la salud, todos los éxitos y toda la prosperidad.
Israel lo tenía todo pero por causa de sus pecados vivían sin nada. Piénsalo.

Entonces, cuando ya no daban más, ¿qué hacen y cómo les responde Dios? (vs.6-10)

GEDEÓN: EL 4º JUEZ DE ISRAEL
¿A quién escoge Dios y qué tarea le encomienda? (vs.11-16)
Dios no escoge a vagos. Gedeón está trabajando, está muy ocupado, pero hay algo más grande para él. Dios había pensado en él para levantarlo como líder para su pueblo. ¡Alto privilegio! Pero Gedeón no era un soldado. No había leído “El Arte de la Guerra” y ni siquiera era alguien importante. Era el menor de su familia y trabajaba en el campo de su padre. Y en esa época los privilegios familiares eran para los mayores, no para los menores.
Pero Dios no mira edades, títulos ni apariencias. Para Dios no hay “mayores ni menores”. Nosotros etiquetamos: “Este es un gran pastor”, “Aquel es el Nº 1 del liderazgo juvenil”, “Ella es una exitosa mujer de Dios”. Y está bien. A todos nos gustan los títulos, y cuanto más importantes suenan más ungidos nos sentimos (aunque en la práctica no siempre sea así). Pero a Dios no le importan nuestras “etiquetas” (ni las positivas ni las negativas). Dios mira corazones, obediencia, esfuerzo, santidad, carácter. Dios mira distinto.

¿Cómo te sientes frente a los demás? ¿Y frente a Dios?
¿Buscas “impresionar” a las personas con tu curriculum ministerial?
¿Entiendes cómo mira Dios y lo que a Él realmente le importa?

¿Qué hace Gedeón entonces y qué sucede? (vs.17-23)

Aunque Gedeón es pobre y es el menor, él esta programado para dar. En lugar de pedirle cosas a Dios, Gedeón prepara una buena ofrenda y se la entrega a Dios. ¡Wooowww! Esto es al revés de lo que generalmente hacemos. ¡Queremos recibir sin pagar el precio de dar!
Dice el pastor Daniel González: “En realidad, ante un desafío económico, la mejor confirmación es poder dar de forma generosa y no solamente esperar recibir algo. Frente a la compra de una propiedad ofrenda de forma generosa. Frente a un nuevo trabajo, sirve a Dios. Frente a la necesidad de recursos mayores, da más. Cuando tengas que encarar algo, no solo busques confirmación recibiendo, sino también pudiendo dar. Busca experimentar en tu vida no solo milagros que tengan que ver con recibir, sino aquellos que tengan que ver con poder dar”.

Gedeón edifica un altar, ¿y cómo lo llama? (vs.24)
Jehová Shalóm significa “el Señor es la paz”. Cuando algo viene realmente de Dios (novia/novio, trabajo, dinero, ministerio, recursos, relaciones, revelación, etc.) tendrás paz. La señal de la paz en tu interior será una confirmación poderosa de que Dios está contigo y Él te avala y te respalda.

Extracto del libro Desafíos para Jóvenes y Adolescentes: Jueces.

Por Edgardo Tosoni

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