Pasaje Clave: Mateo 22.

Recuerda que Jesús ya está en Jerusalén, metido en la boca del lobo y bajo la mirada acusadora de los sacerdotes, escribas y fariseos que cada día lo odiaban un poco más. En este contexto, y después de haberlos acusado de incrédulos y asesinos con la parábola de los labradores asesinos (léela en “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Lucas” Día 25), Jesús les narra.

LA PARÁBOLA DE LA FIESTA DE BODAS

¿Qué organiza el rey? (vs.2).
¿Para quién es la fiesta? (vs.2).
¿Qué les pide a sus siervos que hagan? (vs.3-4).
¿Qué respuesta obtuvo el rey de sus “invitados”? (vs.3, 5-6).
¿Cómo reaccionó el rey ante el rechazo y el desprecio que experimentó? (vs.7).
¿Y qué decidió hacer? (vs.8-10).

Detengámonos un momento aquí y reemplacemos a los protagonistas:
Al rey reemplázalo por Dios.
Al hijo del rey reemplázalo por el Señor Jesús.
A los siervos enviados reemplázalos por los profetas de Dios.
A los que rechazaron la invitación reemplázalos por todos aquellos que rechazan a Jesucristo y no quieren saber nada con su salvación. (Hay quienes interpretan que estos invitados especiales se refieren al pueblo judío que rechazó a Jesús como el Mesías profetizado).
Y a los que aceptan la invitación reemplázalos por todos aquellos que deciden creer en Jesucristo y hacerlo Señor de sus vidas. (Hay quienes interpretan que este 2º grupo de invitados somos todos los no judíos, llamados gentiles en la Biblia).
¿Te das cuenta del sentido de esta parábola?
¿Entiendes ahora su significado?

¡Pero aún hay más! ¿Qué sucede en el vs.11?
¿Y cómo es tratado por no tener su traje de bodas? (vs.12-13).
Imagínate que esa persona eres tú. ¡Qué vergüenza! ¡Qué papelón¡ ¡Hacer el ridículo delante de todos por no haberte puesto el traje de bodas! Por haber ido en traje de baño y musculosa. Naaaaaaa!!!!!
Para estar en la presencia del Rey y ser parte de la gran fiesta celestial donde Cristo se casará con su amada esposa la Iglesia, necesitamos estar vestidos con el traje de bodas, sí o sí. Y ese traje se llama “salvación”. ¿Te suena?
Ser salvo te hará parte de la iglesia (la esposa de Cristo) y te habilitará para estar en su boda, en la misma presencia del Rey de reyes.

¿Eres salvo?
¿Si hoy te murieras, a dónde irías? ¿Por qué?
¿Has invitado a Jesús a tu vida para que él (y sólo él) perdone tus pecados y sea tu Salvador y Señor?
Si aún no lo has hecho, ¿qué estás esperando? ¡Ahora es el momento! No es algo que tengas que “sentir”, sino una decisión que tienes que tomar.
La salvación (el traje de bodas) es la diferencia entre estar en la fiesta disfrutando a lo grande o ser echado de ella y sufrir para siempre. ¿Qué quieres hacer?

¿Quieres invitar a Jesús a tu vida ahora mismo?
Has esta oración en vos alta y créelo en tu corazón: “Señor Jesús, reconozco que sólo tú puedes salvarme, perdonar mis pecados y darme una vida nueva. Hoy te pido que me perdones, que limpies mi vida con tu preciosa sangre y vengas a vivir a mi corazón. Te recibo como el Señor de mi vida, y creo que tu presencia me limpia, me perdona de todo pecado y me hace un hijo de Dios para toda la eternidad. Gracias Señor Jesús por haber dado tu vida por mi, por haber resucitado por mi y por salvarme. Gracias por amarme tanto”.

Si lo creíste en tu corazón y lo declaraste con tu boca… ¡ya eres salvo! Acabas de ser vestido con el traje de bodas llamado “salvación” y tu nombre ha sido escrito en el libro de los invitados a la fiesta del Rey.
Eres parte de la iglesia del Señor Jesucristo (su esposa) ¡aunque nunca hayas ido a ninguna!, y el todopoderoso Creador del universo es ahora tú Papá celestial. ¡¡Felicitaciones y bienvenido a la familia de Dios!!

El resto de los contenidos de este capítulo léelos en “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Marcos” Días 22 y 23 y en “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Lucas” Día 25.

Extracto del libro «Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Mateo»

Por Edgardo Tosoni

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