Pasaje Clave: 1º Reyes 18:1-19.

ELÍAS EL OBEDIENTE
¿Cuántos años pasaron entre el capítulo 17 y el capítulo 18? (vs.1)
¿Qué orden le da Dios a Elías? (vs.1)
¿Y qué hace Elías? (vs.2)
¡Obedece… otra vez! El segundo nombre de Elías es “Obediencia”. En el barrio lo conocían como “Elías el Obediente”.
¿Cómo te conocen a ti en tu barrio? Jorge el enojón. Camila la aburrida. Ricardo el comilón. Lucrecia la resentida. Javier el quejoso. Margarita la amargada. Carlos el falopero. Adrianita la cariñosa. Pedro el narco. Lucrecia la rebelde. Sergio el tatuado. Jorgelina la prosti. Ignacio el masturbado.

Dios lo mandó a enfrentarse al malísimo rey Acab, y Elías fue.
Lo mandó a esconderse en un arroyo, y Elías fue.
Lo mandó a Sarepta, a la casa de una viuda, y Elías fue.
¡3 años después lo manda nuevamente a enfrentarse a Acab, y Elías va!
¡No importa cuántos años pasaran Elías seguía obedeciendo a Dios!
No importa lo que Dios le pidiera, a dónde Dios lo enviara, o cuántos kilómetros tuviera que caminar, sudado, mal oliente, con los pies sucios, la barba llena de polvo y el calzoncillo sin lavar… Elías iba… iba… iba… iba… y por donde iba dejaba las marcas sobrenaturales de la presencia de Dios (sí ya sé que lo escribí ayer pero está bueno).

No es fácil la obediencia porque desde nuestro nacimiento somos rebeldes y desobedientes. No nos gusta que nos ordenen nada, que nos exijan nada o que nos impongan nada.
Nos rebelamos contra todo lo que va en contra de lo que sentimos o pensamos, o contra todo aquello que desde nuestra opinión nos quita libertades.
Aprender obediencia es todo un desafío. Pero déjame explicarte cuáles son las ganancias que trae la obediencia a la voz de Dios. Porque no se trata tampoco de obedecer cualquier cosa o a cualquiera, no. Hasta la obediencia tiene límites que no puedes cruzar. Por ejemplo, si alguien te pide que hagas algo malo, no puedes obedecer eso, aunque esas personas sean tus propios padres. El límite a la obediencia lo establece la santidad de Dios. Si ofende a Dios, si deshonra a Dios, si va en contra de Dios, no obedezco.

Mira los beneficios de la obediencia:

  • Obedecer desata las bendiciones de Dios sobre tu vida. Dios siempre bendice la obediencia.
  • Obedecer forma tu carácter.

Te hace una persona de carácter fuerte. Carácter fuerte no significa “gritar más”, “pelear más” o “discutir más”, no, eso es temperamento fuerte o colérico. Carácter es otra cosa. Carácter tiene que ver con lo que permites o no en tu vida, con tus actitudes. Eres fuerte de carácter cuando te controlas a ti mismo, cuando pones freno a tus impulsos y deseos, cuando corres tus ojos para no mirar colas, cuando cambias la Tele porque el programa es cualquiera, cuando dejas de escuchar lo que no honra a Dios, cuando perdonas aunque no lo sientas, cuando amas aunque te cueste, cuando oras aunque no tengas ganas, cuando evangelizas aunque te estés muriendo de vergüenza, cuando obedeces a tus padres aunque no te guste la orden que te han dado. Tu carácter se fortalece.

  • Obedecer te libra de peligros y de consecuencias negativas para tu vida. Peligros físicos, sexuales, peligros relacionales y sentimentales.
  • Obedecer anula toda conducta de rebeldía. Si obedeces no te rebelas, si te rebelas no eres obediente.
  • Obedecer fortalece tu fe. ¿Cómo mides el nivel de tu fe? Por el nivel de tu obediencia.
  • Obedecer te hace libre.

¡¿Cómo libre?! Sí, cuando obedeces a Dios, cuando obedeces su palabra aprendes a vivir en libertad porque ya nada te esclaviza, nada te ata, nada te retiene. “¿Por qué tendría que ser restringida mi libertad por lo que piense otra persona?” (@yaninatorri)

Obediencia te hace libre porque aprendes a pensar como Dios piensa y nadie te restringe.

ABDÍAS EL TEMEROSO DE DIOS
¿Quién es Abdías? (vs.3)
¿Y cómo era en su carácter? (vs.3, 12)
¿Con qué decisiones y conductas demuestra Abdías que realmente es temeroso de Dios? (vs.4, 13)
“Temeroso de Dios” no significa miedoso, ni cobarde, ni maricón. Porque para hacer lo que hizo, salvándole la vida a 100 profetas de Dios, hay que ser muy, muy valiente. “Temeroso de Dios” significa respeto, honra a Dios. Otras versiones de la Biblia dicen: “Verdadero seguidor del Señor”, “Veneraba al Señor”. Eres temeroso de Dios cuando lo obedeces, cuando lo respetas, cuando lo honras, cuando le crees, cuando eliges apartarte del pecado por amor a Él, cuando cuidas tu corazón y aprendes a amar a Jesús.

Extracto del libro «Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: 1º Reyes»

Por Edgardo Tosoni

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