Pasaje clave: Juan 5:25-47.
Finalizamos ayer con la respuesta de Jesús a los judíos acerca de su deidad. Recuerda que la palabra deidad significa que Jesús es Dios. Cada vez que Jesús hacía esta declaración los judíos (seguramente eran los fariseos) se ponían como locos. Por esta razón y por como el pueblo lo escuchaba y se iba detrás de él, los judíos lo odiaban y buscaban oportunidades para matarlo.
Pero Jesús aún tenía muchas cosas más para decirles y algunas eran muy, muy fuertes.
¿Quiénes oirán la voz de Dios? (vs.25).
¿Quiénes tienen vida en si mismos? (vs.26).
¿Quién posee autoridad y a quién se la delegó? (vs.27).
Jesús habla de dos resurrecciones, ¿cuáles son y quiénes estarán en una y en otra? (vs.28-29).
YO HAGO LO QUE MI PADRE QUIERE
¿Recuerdas en el capítulo 4:34 cuando Jesús hablaba de la “comida” que él comía? Compáralo ahora con lo que dicen los vs.30 y 36.
¡Hacer la voluntad de Dios era lo más importante para Jesús!
Si Dios te dice que hagas algo, hazlo. Y si él te dice que no lo hagas, entonces ¡no lo hagas! No justifiques tu desobediencia. No argumentes. Cuando Dios te dice no, es no. Punto. No busques explicaciones.
No seas ingenuo. No pretendas que Dios te “apruebe” lo que él desaprueba. No esperes que el bendiga y prospere lo que rechaza.
Sexo con tu novia, no. Punto. Que todos lo hagan, que todos embaracen a sus novias o les contagian enfermedades venéreas, ¡pero tu no!
¿Y por qué no? Porque Dios lo dice, porque él no lo aprueba. Porque él bendice la santidad.
Meterle los “cuernos” a tu esposo (serle infiel), no. Que todas lo hagan, que todas lo justifiquen por “la rutina”, “el desamor”, “ya no lo amo”, “no quiero ser más su esposa”, “no lo veo como hombre”, “no soy más su mujer”, ¡pero tu no!
¿Y por qué no? Porque Dios lo dice, porque él no lo aprueba. Porque él bendice la obediencia.
De nada sirven las justificaciones y los argumentos cuando Dios establece claramente lo que está bien y lo que está mal. Jesús caminaba bajo cielos abiertos de bendición, de aprobación y de prosperidad porque el obedecía a su Padre en todo.
¿De dónde fluía el poder, la autoridad, la sabiduría y la revelación que tenía Jesús? De vivir en intimidad y en obediencia a su Papá.
¿Por qué Dios debería bendecirte si haces lo que tu quieres?
¿Por qué debería aprobarte si vives como se te da la gana?
Dios te ama, Dios te perdona, pero jamás bendecirá ni aprobará tu desobediencia a su Palabra. ¿Quieres ser exitoso? Aprende de Jesús. Haz lo que él hacía y también caminaras bajo cielos abiertos.
¿Quién da testimonio de Jesús? (vs.37).
¿Cuál era la razón por la cual los judíos no le conocían, ni al Padre ni a Jesús el Hijo? (vs.37-38).
¡Es durísimo lo que les dice Jesús! “Nunca lo oyeron, nunca lo vieron y no tienen su palabra viviendo en ustedes porque no le creen”. ¡Durísimo!
¿Quién más da testimonio de Jesús? (vs.39-40).
Lee la Palabra de Dios, piénsala, estúdiala y descubrirás que ellas hablan de Jesús. Y si crees en Jesús tendrás la vida eterna.
Conocer la Palabra de Dios te enseñará más acerca de Jesús y conocerlo a él y tener una relación personal con él cada día, todos los días, te dará más ganas de leer, aprender y creer su Palabra.
¿Qué otra palabra durísima les dice a los judíos? (vs.42).
Ustedes no tienen amor de Dios. ¡Durísimo!
- Cuando quieres juicio y castigo para otros por sus pecados, no tienes amor de Dios en ti.
- Cuando disfrutas con el dolor o las desgracias de otros, no tienes amor de Dios.
- Cuando juzgas, críticas y condenas, no tienes amor de Dios.
- Cuando deseas venganza, no tienes amor de Dios.
Y si lo tienes está muy, muy apagado dentro tuyo. Revisa tu corazón.
¿Con qué palabras finaliza? (vs.43-47).
El gran problema de estos judíos era su terquedad para no creer. No le creían a Moisés, no le creían a Jesús, no le creían a nadie ¡sólo creían en sí mismos!
Extracto del libro «Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Juan»
Por Edgardo Tosoni
