Pasaje Clave: Josué 8:1-29.

EL PLAN DE BATALLA
Dios le había dado a Josué la estrategia para penetrar Jericó y conquistarlo. Ahora le dará una nueva estrategia para conquistar la ciudad de Hai.
Pero, ¿qué es lo primero que Dios le dice a Josué? (vs.1)
¿Y por qué piensas que lo alienta de esa manera?

A diferencia de Jericó, ¿qué harían con el botín de guerra de Hai? (vs.2)
En Jericó, excepto el oro y la plata, todo tenía que ser destruido. No podían quedarse con nada. Estaba completamente dedicado a Dios. Pero ahora Dios les permite quedarse con todo lo que recojan. ¿Entiendes?
Lo primero es para Dios. Tu primer sueldo, tu primer inscripto, tu primer ingreso, tu primera ganancia, tu primer fruto, es para Dios. Es la primicia, es de Dios. Es una manera de reconocer que todo lo que recibes, ganas y obtienes viene de Dios. Él te lo da, Él te bendice. Y lo reconoces y agradeces, entregándoselo a Él. Todo lo que ganes después, es tuyo.
¿Qué tienes que entregarle a Dios? Piénsalo.

¿Cuál es la nueva estrategia de batalla para conquistar Hai? (vs.3-9)
Esta estrategia de simulación, que hoy vemos en un montón de películas, ¡fue pura innovación de Josué! Dios se la dio y él la puso en práctica al pie de la letra.

LA CONQUISTA DE LA CIUDAD
¿Cómo organiza Josué al pueblo y en dónde ubica a los soldados para la emboscada? (vs.10-13)
Todos tienen bien en claro lo que tienen que hacer. Esta vez, nada puede salir mal.
¿Qué observa el rey de Hai y rápidamente qué decisión toma? (vs.14)
¿Qué sucede a continuación? (vs.15-17)
Escucha. Tu enemigo (el diablo, los demonios) no lo saben todo. No son Dios que conoce absolutamente todas las cosas. Tu enemigo solo conoce lo que tú le revelas, lo que tú le enseñas. Tu enemigo conoce tu debilidad porque tú se la revelas. Cada vez que pecas le enseñas tu debilidad a tu enemigo, y él te atacará ahí, en tu punto débil.

Cada vez que hablas mal de ti misma le enseñas tu debilidad al enemigo y él viene y te bombardea la cabeza con pensamientos más negativos. Cada vez que haces algo en oculto, a escondidas (que a Dios no le agrada), le abres una puerta a tu enemigo para que te siga atacando y venciendo. Tú le revelas tu debilidad, y él te ataca porque te odia y quiere destruirte completamente. ¿Entiendes? Ten cuidado con lo que hablas. Cuida tus palabras porque toda palabra negativa que sale de tu boca, toda palabra de crítica, de queja, de maldición, de descalificación, de insultos, de pesimismo, de incredulidad, es una puerta que le abres al enemigo para atacarte y derrotarte. Le revelas tu debilidad y él te vence.

Sin embargo, en plena huida “ficticia”, ¿qué le dice Dios a Josué y qué sucede? (vs.18-22)
¡Tienes la lanza en tu mano! ¡Tienes la Palabra poderosa de Dios! Háblala en contra de tu enemigo. Háblala en contra de tu dolor. Háblala en contra de tu enfermedad. Háblala en contra de tus tentaciones. Háblala en contra de los que te descalifican. Háblala en contra de tus miedos. Háblala en contra de cada uno de los pensamientos mentirosos en tu cabeza. ¡Conquistalos! ¡Aplasta tus miedos con la Palabra de Dios!
¡Rechaza cada una de tus tentaciones con la Palabra de Dios!
¡Cancela cada uno de tus pensamientos mentirosos con la Palabra de Dios!

¡Eres un valiente! ¡Eres un guerrero de Dios! ¡Eres una luchadora! ¡No te des por vencida! ¡No es el momento de abandonar! ¡Sigue luchando! ¡Sigue peleando con Dios en contra de tus enemigos! ¡Aunque te sientas débil, eres fuerte! ¡Aunque sientas que no puedes, sí puedes! ¡Aunque te haya ido mal antes, ahora te irá bien! ¡Cierra las puertas que le abriste a tu enemigo! ¡Confiesa tus pecados escondidos! ¡Renuncia a cada uno de ellos en el nombre del Señor Jesús! ¡Declara que la sangre preciosa del Señor Jesús te limpia de todo pecado y que en Jesús eres más que vencedor!

¡Hoy es tu día de levantarte en contra de tu enemigo, en contra de tus miedos, en contra de tus tristezas, en contra de tus sentimientos de inferioridad, en contra de tus ideas mentirosas y conquistar todo lo que Dios te ha dado! ¡Basta de sentir lástima de ti misma! ¡Basta de tratarte a ti mismo como basura, como porquería! ¡Eres un Josué en las manos de Dios! ¡Eres una guerrera temible si te pones en obediencia a Dios! ¡Basta de llorar! ¡Sal y pelea junto a Dios por todo lo que Él te ha prometido! ¡¡¡Conquistaaaaaaa!!!

¿Cómo termina la historia para Hai, su gente y su rey? (vs.24-29)
Así terminará la historia para tus enemigos. Ni lo dudes.

Extracto del libro Desafíos para Jóvenes y Adolescentes: Josué.

Por Edgardo Tosoni

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