Continuemos.

B. Vigas Atoradas.

¿Te has dado cuenta que cuando estás de buen humor, el mundo parece estar mucho mejor? ¿Eres más agradable hacia la gente que está a tu alrededor, perdonas más, eres más amigable? No necesitas que los demás sean como tú.

¿Qué sucede cuando estás en algún apuro por algo y simplemente estás amargado con respecto a todo? Enton­ces piensas que todos deberían ver las cosas como tú las ves, ves sólo las cosas malas de los que te rodean y piensas que el mundo está en tu contra. Eso pasa cuando te diriges directo a una viga atorada. Es cuando ni siquiera eres ca­paz de sentir o ver el juez que se esconde dentro de ti.

C. Tener un Buen Juicio.

Por favor, entiende que a lo largo de todo este capítulo acerca de juzgar, no estamos hablando de tener un buen juicio. No estamos hablando de esas cosas que sabes que deberías hacer para estar seguro y tener cuidado contigo mismo y con los demás. Estamos hablando de las cosas que están desencadenadas en tu mente que te dan un pretexto para pensar cosas malas acerca de los demás.

La batalla de tu mente es constante, y si las vigas no se amontonan de una forma, lo harán de otra. Entrar a un salón, vestido con una toga larga y negra y golpeando un martillo de juez, no ayudará a que hagas amigos o que compartas del amor de Dios. Sólo estás preparando todo para que los demás quieran huir de ti.

D. ¿Cómo Mantienes Lejos al Juez?

  • Deja de dar pretextos para tu comportamiento.
  • Mírate nuevamente a ti mismo.
  • Busca lo bueno en los demás.
  • Pídele a Dios que te muestre lo que tú necesitas en­tender acerca de la forma en la que piensas.
  • Analiza tu corazón y tu “medidor del amor”, para que te des cuenta si tus pensamientos vienen del lugar co­rrecto.
  • Analiza tu nivel de confianza en los demás y mira si necesitas cambiar ciertas cosas.
  • Analiza tus amistades y trata de ser más amigable.
  • Agradece a Dios de que sea Él quien se encargue de todas las cosas que no entiendes acerca de los demás.
  • Renuncia a tu necesidad para permitir que los otros sepan qué tan “correcto” eres.
  • Saca primero la viga de tu propio ojo.

E. Ver Con Más Claridad.

Tú has sido bendecido. Eres un hijo de Dios. Observa lo que dice la Biblia en 2 Pedro 1:5-9. El sacar la viga de tu propio ojo te ayudará a ver las cosas con más claridad. Tomar un momento para pen­sar, antes de que apliques un juicio sobre alguien más, te ayudará a ser más amable y amoroso. Tú estás creciendo en el Señor todos los días. Permite que tu corazón guíe tus pensamientos y te mantenga siempre en el amor de Dios.

F. También Sé Amable Contigo Mismo.

Recuerda también que mientras piensas cosas buenas acerca de los demás, está bien pensar cosas buenas de ti mismo. Hablarte a ti mismo con cariño es algo amoroso que puedes hacer. A veces, el juez dentro de ti es de­masiado duro contigo. Si descubres que eso está pasando, regresa y aplica todas las herramientas que usarías para ser más amable con los demás y úsalas para ti. Eso te ayudará a ver las cosas con más claridad. Es posible que descubras que la viga de tu ojo ha desaparecido.

Extracto del libro “El Campo de Batalla de la Mente Para Niños”

Por Joyce Meyer

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